jueves, 1 de mayo de 2014

El gobierno de Satanás fracasará sin remedio


“De ninguna manera le resultará bien al inicuo.” (ECL. 8:13)
Tarde o temprano, los pecadores deberán enfrentarse a la justicia y responder por sus actos (Pro. 5:22; Ecl. 8:12, 13). ¡Qué buena noticia, sobre todo para quienes aman la rectitud y han sufrido todo tipo de atropellos y abusos a manos de los malvados! El ser más perverso que tendrá que rendir cuentas es Satanás, el padre de la maldad (Juan 8:44).
2 Cuando nuestros primeros padres vivían en el jardín de Edén, el Diablo se dejó llevar por la soberbia y los incitó a rechazar el gobierno divino. Ellos decidieron apoyarlo en su desafío a la autoridad legítima de Jehová, convirtiéndose así en pecadores (Rom. 5:12-14). Aunque Dios conocía muy bien las consecuencias que tendría aquella decisión irrespetuosa y rebelde, tenía que dar a todos los seres inteligentes la oportunidad de verlas con claridad. Por eso, permitió que pasara tiempo para zanjar la cuestión y probar irrefutablemente el error de aquellos desobedientes.
3 Al rechazar la dirección de Jehová, los seres humanos tuvieron que crear sus propias formas de gobierno. La carta de Pablo a los cristianos de Roma las denomina “autoridades superiores”. En aquel entonces correspondían principalmente con el Imperio romano, dirigido por el césar Nerón entre los años 54 y 68. El apóstol señala que tales administraciones humanas “están colocadas por Dios en sus posiciones relativas” (léaseRomanos 13:1, 2). Es evidente que, al hablar de “autoridades superiores”, Pablo no quería decir que fueran superiores a Jehová. Sencillamente estaba mostrando que eran el “arreglo” u orden establecido por Dios y que, mientras él permitiera que existieran, los cristianos deberíamos respetarlas.
Un camino condenado al fracaso
4 No obstante, los sistemas políticos bajo la influencia de Satanás tienen el fracaso asegurado. ¿Por qué? Una de las razones es que no se basan en la única sabiduría perfecta que existe: la de Jehová. En efecto, solo él puede indicar cuál es la forma ideal de gobernar (Jer. 8:9; Rom. 16:27). A diferencia del hombre, que suele aprender a fuerza de errores, Dios conoce desde el principio la mejor manera de actuar. Por eso, toda administración que no se ajuste a sus pautas será siempre inferior. Si a esto añadimos el hecho de que Satanás obra con malas intenciones, ¿qué conclusión sacamos? Que la opción promovida por el Diablo —el gobierno del hombre— nació condenada al fracaso.
5 Por lo general, la persona sensata no se embarca en empresas sin futuro. Pero si se empeña en hacerlo, terminará viéndose obligada a admitir su error. Pues bien, la historia ha demostrado en innumerables ocasiones que es inútil oponerse al Dios todopoderoso(léase Proverbios 21:30). Sin embargo, eso es precisamente lo que hizo Satanás. Cegado por la soberbia, le dio la espalda a Jehová y emprendió una trayectoria que lo hundirá en la catástrofe.
6 Siglos después de aquella rebelión se escribió un pasaje donde el representante de la dinastía babilónica reflejó el mismo orgullo del Diablo al decir: “A los cielos subiré. Por encima de las estrellas de Dios alzaré mi trono, y me sentaré sobre la montaña de reunión, en las partes más remotas del norte. Subiré por encima de los lugares altos de las nubes; me haré parecer al Altísimo” (Isa. 14:13-15). Pero su absurdo plan fracasó, y aquella dinastía tuvo un fin deshonroso. De igual modo, Satanás y su mundo están a punto de sufrir una aplastante derrota.
¿Por qué lo ha tolerado Dios?
7 Hay quienes se preguntan por qué no impidió Jehová que los seres humanos se pusieran de parte de Satanás y adoptaran un plan de gobierno alternativo condenado al fracaso. Es cierto que, siendo omnipotente, pudo haberlo evitado (Éxo. 6:3). Sin embargo, no lo hizo, pues sabiamente tuvo en cuenta los beneficios a largo plazo de no interferir entonces en aquella rebelión. Con el tiempo, quedaría demostrado que Jehová es un Rey justo y amoroso y que las personas fieles saldrían ganando con la decisión que él tomó.
8 ¡Cuántos sufrimientos se habría ahorrado la humanidad si Adán y Eva hubieran rechazado las incitaciones de Satanás a independizarse del Creador! Pero, como hemos señalado, la decisión de Jehová de permitir temporalmente que el hombre se gobierne por su cuenta ha reportado beneficios. Para empezar, muchas personas sinceras han podido ver con claridad que lo más sabio es escuchar a Dios y confiar en él. En el transcurso de los siglos se han ensayado regímenes políticos de todo tipo, pero ninguno ha sido ideal. Y ese hecho ha reforzado la convicción de los siervos de Jehová de que el gobierno divino es el mejor. Es cierto que, al tolerarse la dominación tiránica de Satanás, los seres humanos han sufrido dificultades, y los siervos de Dios no han sido la excepción. No obstante, estos hombres y mujeres fieles también han salido beneficiados.
Una rebelión que ha contribuido a la glorificación de Jehová
9 El hecho de que Jehová haya permitido que la humanidad viva bajo la influencia de Satanás y trate de gobernarse a sí misma no lo desacredita como Rey. Más bien, demuestra la total incompetencia del hombre, tal como confirma la historia y como indicó Jeremías por inspiración (léase Jeremías 10:23). Además, la rebelión del Diablo dio a Jehová la oportunidad de exhibir sus hermosas cualidades de forma aún más clara. ¿En qué sentido?
10 El terrible gobierno de Satanás sirve de telón de fondo sobre el que resaltan con más brillo que nunca las cualidades perfectas de Jehová. Así, su grandeza se destaca ante quienes lo aman. Por eso, aunque parezca extraño, podemos decir que el dominio del Diablo contribuye a la gloria de Dios. Permite que se vea el modo tan maravilloso como él ha afrontado el desafío a su soberanía. Para entenderlo mejor, examinemos algunas cualidades de Jehová y las nuevas formas en que ha decidido demostrarlas debido al perverso reinado del Diablo.
11 Amor. Como bien dicen las Escrituras, “Dios es amor” (1 Juan 4:8). El hecho de que creara a los seres humanos es una prueba palpable de esta cualidad. Y lo mismo puede decirse de que les diera un cuerpo maravillosamente diseñado y los instalara en un hermoso hogar dotado de todo lo necesario para que fueran felices (Gén. 1:29-31; 2:8, 9; Sal. 139:14-16). Pero una vez que la maldad se introdujo en el mundo, Jehová expresó su amor de nuevas formas. ¿Cuáles? El apóstol Juan indica una de ellas al citar estas palabras de Jesús: “Tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que ejerce fe en él no sea destruido, sino que tenga vida eterna” (Juan 3:16). ¿Podría haber demostrado su cariño de mejor manera que enviando a su Hijo para rescatar a los pecadores? (Juan 15:13.) ¡Qué ejemplo de amor abnegado! Sin duda, debemos esforzarnos, como Jesús, por manifestar a diario esta cualidad divina (Juan 17:25, 26).
12 Poder. “Dios, el Todopoderoso”, es el único ser con la capacidad de dar vida (Rev. 11:17; Sal. 36:9). Ahora bien, ¿qué sucede cuando morimos? ¿Qué ocurre con nuestros recuerdos y nuestra personalidad, que ha sido moldeada desde el nacimiento por las decisiones, actividades y experiencias que hemos vivido? Jehová puede archivar toda esa información en su memoria para, llegado el momento, devolvernos la vida junto con todas nuestras características individuales y vivencias (Juan 5:28, 29). Por lo tanto, aunque la muerte no forma parte del propósito original para el hombre, le brinda a Dios la oportunidad de demostrar su inmenso poder en la resurrección. Es, sin género de dudas, el Todopoderoso.
13 Justicia. Jehová nunca miente ni comete ningún abuso (Deu. 32:4; Tito 1:2). Siempre sostiene las más elevadas normas de la verdad y la justicia, incluso en las ocasiones en que podría pensarse que sale perjudicado (Rom. 8:32). ¡Cuánto tiene que haberle dolido ver que su Hijo querido era ejecutado en un madero como un criminal blasfemo! Pero ¿por qué estuvo dispuesto a sufrir tan dolorosa pérdida? Porque, además de amar a los seres humanos, deseaba satisfacer sus normas perfectas de justicia (léase Romanos5:18-21). Por lo tanto, la existencia de este mundo pecador le dio la oportunidad de probar que siempre ha sido y será el mejor modelo de justicia.
14 Sabiduría. Cuando Adán y Eva pecaron, Jehová indicó cómo iba a corregir todos los daños causados por su rebelión (Gén. 3:15). El hecho de que tomara medidas inmediatas —y luego fuera revelando su propósito a sus siervos— manifiesta su inmensa sabiduría (Rom. 11:33). Él siempre conoce la mejor solución para todo. En un mundo plagado por la inmoralidad, la guerra, la necedad, la rebeldía, la crueldad, el favoritismo y la hipocresía, ha demostrado en multitud de ocasiones cómo es la verdadera sabiduría. El discípulo Santiago enumeró las características que la distinguen: “La sabiduría de arriba es primeramente casta, luego pacífica, razonable, lista para obedecer, llena de misericordia y buenos frutos, sin hacer distinciones por parcialidad, sin ser hipócrita” (Sant. 3:17).
15 Gran paciencia. Jehová nunca habría dado tantas pruebas de paciencia si no hubiera tenido que lidiar con las imperfecciones y pecados del hombre. Y ha estado dispuesto a hacerlo por milenios, lo cual prueba que posee esta maravillosa cualidad al grado máximo. Ciertamente, es justo que los cristianos le estemos agradecidos por ello y que, como señaló Pedro, consideremos “la paciencia de nuestro Señor como salvación” (2 Ped. 3:9, 15).
16 Misericordia. Todos somos pecadores y fallamos vez tras vez (Sant. 3:2; 1 Juan 1:8, 9). ¡Qué agradecidos debemos estar de que Jehová esté dispuesto a perdonarnos “en gran manera”! (Isa. 55:7.) Por triste que sea el hecho de nacer en imperfección, nos permite sentir el gran gozo de ver perdonadas nuestras faltas (Sal. 51:5, 9, 17). Además, experimentar en nuestra propia vida la conmovedora misericordia de Jehová nos impulsa a amarlo y a imitar esta cualidad en el trato con el prójimo (léase Colosenses 3:13).
¿Por qué está enfermo el mundo?
17 El sistema mundial de Satanás —producto de su dominio— ha fallado constantemente a lo largo de la historia. En 1991, un periodista publicó este comentario: “¿Está enfermo el mundo? Sin la menor duda, pero la culpa no la tiene Dios, sino los pueblos” (The European). ¡Qué palabras tan ciertas! Influidos por el Diablo, nuestros primeros padres prefirieron el gobierno humano al divino. Así dieron inicio a una serie de regímenes políticos condenados al fracaso. En efecto, el dolor y el sufrimiento en que viven los habitantes de todo el planeta son una muestra palpable de que el gobierno del hombre se encuentra en fase terminal.
18 El principio en que se funda el dominio de Satanás es que cada uno mire por su propio beneficio, sin importar los demás. Pero el egoísmo nunca vencerá al amor, que es la base del gobierno de Jehová. Satanás no ha conseguido brindar estabilidad, felicidad ni seguridad a sus súbditos. Sin duda, la forma de gobernar de Jehová es la mejor.

Llamaré contra [Gog] por toda mi región montañosa una espada —es laexpresión del Señor Soberano Jehová. Contra su propio hermano la espada de cada uno llegará a estar (Ezeq. 38:21).

Presas del pánico, los combatientes del bando de Satanás se sumirán en el caos y volverán sus armas unos contra otros. Y el Diablo tampoco escapará, pues Jehová asegura: “Fuego y azufre haré llover sobre él y sobre sus partidas y sobre los muchos pueblos que estarán con él” (Ezeq. 38:22). ¿Cuál será el desenlace de esta intervención divina? Las naciones se verán obligadas a reconocer que quien causa su aplastante derrota es Jehová mismo. Igual que los soldados egipcios que persiguieron a los israelitas en el mar Rojo, los ejércitos controlados por Satanás quizá exclamen desesperados: “Jehová ciertamente pelea por ellos” (Éx. 14:25). En efecto, las naciones sabrán quién es Jehová (Ezeq. 38:23).

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