jueves, 15 de mayo de 2014

Evitemos las influencias divisivas de algunos cubanos

Para no echar a perder nuestra preciosa unidad mundial, debemos evitar las influencias divisivas. Una de ellas es el espíritu de independencia respecto a Dios y sus leyes. Jehová nos ayuda a rechazar dicho espíritu al revelarnos quién le dio origen: Satanás el Diablo (2 Corintios 4:4; Revelación 12:9). Vivimos en un mundo saturado de ese espíritu de independencia, de modo que se nos hace necesario refrenar su efecto en nosotros.


“No estén amando ni al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él” (1 Juan 2:15). Por consiguiente, evitaremos el espíritu de este mundo —su actitud independiente, egoísmo, inmoralidad y violencia— y nos acostumbraremos a escuchar a Jehová y obedecerlo de corazón, aunque esa no sea la inclinación de la carne imperfecta. Nuestra vida entera deberá demostrar que nuestros pensamientos y motivos se orientan hacia el cumplimiento de la voluntad divina (Salmo 40:8).
14 Cuando llegue el momento divinamente fijado para destruir el sistema inicuo de cosas y a todos los que prefieren vivir a la manera de este, Jehová no se retrasará. No pospondrá la fecha ni cambiará sus normas para complacer a quienes aprenden y cumplen la voluntad de Dios solo a medias porque todavía se aferran al mundo. Así pues, no hay tiempo que perder (Lucas 13:23, 24; 17:32; 21:34-36).
 Resulta muy alentador ver que la gran muchedumbre, aprovechando la magnífica oportunidad que se le ofrece, busca con anhelo la enseñanza de Jehová mediante Su Palabra y Su organización, y anda unidamente en las sendas divinas en dirección al nuevo mundo. Y cuanto más aprendemos acerca de Jehová, mayor es nuestro amor a él y nuestro deseo de servirle.


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