jueves, 1 de mayo de 2014

Astrologìa, el destino en las estrellas

¿Debería el Zodiaco influir en su vida?

SEGÚN una encuesta, 1 de cada 4 estadounidenses se guía por la astrología para tomar decisiones, si bien la práctica no se limita de ninguna manera a su país. En casi todo el mundo se acude al horóscopo en busca de consejos sobre asuntos financieros, planes de viajes, cambios de profesión, fechas de boda o estrategias militares. Hasta se alega que, mediante el signo zodiacal, se puede identificar a los posibles cónyuges e incluso determinar quién sería incompatible. De Oriente a Occidente, la astrología cautiva a millones de personas. Ahora bien, ¿qué origen tiene el Zodiaco?
Antecedentes históricos
Se pueden rastrear sus diversas modalidades hasta las primeras civilizaciones conocidas. La Biblia misma menciona “las constelaciones del zodíaco” (2 Reyes 23:5). Es patente que los hindúes, los chinos, los egipcios y los griegos, además de otros pueblos de la antigüedad, recurrían a la astrología. Con todo, las referencias más tempranas a los signos zodiacales fueron descubiertas en la antigua Babilonia.
Los babilonios desarrollaron la astrología movidos por el afán de obtener información sobre el futuro. Observando el movimiento de los cuerpos celestes, confeccionaron detalladas cartas y tablas con las que luego formulaban predicciones sobre asuntos humanos y sucesos terrestres. En muchos casos, las decisiones políticas y militares se tomaban solo después de que los astrólogos comparecían para brindar sus recomendaciones. Como resultado, llegó a tener enorme influencia la clase sacerdotal, que aseguraba poseer sabiduría especial y poderes sobrenaturales. De hecho, en Babilonia, todo templo importante estaba equipado con un observatorio celeste.
Los signos zodiacales todavía desempeñan un papel destacado en la vida de muchas personas. Aun quienes afirman no creer en los horóscopos tal vez los consulten ocasionalmente, como simple distracción o por curiosidad. Algunas predicciones astrológicas se han hecho realidad. Pero ¿significa eso que sea bueno consultar las estrellas? Además, ¿qué concepto tenían del interés en la astrología los siervos de Dios de la antigüedad?
Peligros ocultos
A diferencia de los babilonios, los judíos fieles no practicaban la astrología, y por buenas razones. Dios les había dado una clara advertencia: “No debería hallarse en ti [...] nadieque emplee adivinación, practicante de magia ni nadie que busque agüeros ni hechicero, ni uno que ate a otros con maleficio ni nadie que consulte a un médium espiritista o a unpronosticador profesional de sucesos ni nadie que pregunte a los muertos. Porque todo el que hace estas cosas es algo detestable a Jehová” (Deuteronomio 18:10-12).*
Los siervos de Dios adoptaron una firme postura contra la astrología. Por ejemplo, el fiel rey Josías “a la fuerza dejó sin negocio [...] a los que hacían humo de sacrificio a Baal, al sol y a la luna y a las constelaciones del zodíaco”. Se explica que su modo de actuar “era recto a los ojos de Jehová” y que él lo bendijo por ello (2 Reyes 22:2; 23:5). Pero, quizás alguien insista: “¿No es cierto que al menos algunas de las predicciones de los astrólogos se cumplen?”.
Es interesante que en las Escrituras Griegas Cristianas leemos de una muchacha que “proporcionaba mucha ganancia a sus amos practicando el arte de la predicción”. Sin duda, algunos de los pronósticos de aquella joven se cumplieron, pues sus amos obtenían ganancia de sus facultades. Pero ¿qué le permitía vaticinar acontecimientos futuros? La Biblia declara que estaba bajo la influencia de “un espíritu, un demonio de adivinación” (Hechos 16:16).
Las Escrituras indican que “el mundo entero yace en el poder del inicuo”, Satanás el Diablo (1 Juan 5:19). Al manipular los acontecimientos para que se cumplan ciertas predicciones, él y sus demonios han logrado captar la atención de millones de seres.
Así pues, la pura verdad es que la astrología es una de “las maquinaciones del Diablo”, de la que se vale para dominar a la gente y lograr que haga lo que él quiere. No sorprende, por lo tanto, que la Biblia exhorte a los cristianos a “estar firmes” contra los astutos ardides de Satanás, incluida la astrología (Efesios 6:11). Ahora bien, ¿quiere decir eso que no contamos con ninguna orientación respecto al futuro?
La Biblia, una guía confiable
Millones de personas han descubierto que pueden confiar en la guía de la Biblia a la hora de tomar decisiones. El salmista David lo expresó del siguiente modo: “El recordatorio de Jehová es fidedigno, hace sabio al inexperto” (Salmo 19:7; 119:105). Eso no significa que indique palabra por palabra lo que se tiene que hacer en cada situación. Más bien, la Palabra de Dios contiene principios con los que educamos nuestras facultades perceptivas, lo que a su vez nos permitirá distinguir lo correcto de lo incorrecto y tomar decisiones sabias (Hebreos 5:14).
Por consiguiente, los verdaderos cristianos tienen buenas razones para no consultar los horóscopos, ni siquiera como distracción o por curiosidad. En vez de eso, demuestran sabiduría al prestar atención a las advertencias de la Palabra de Dios contra todo tipo de influencias demoníacas, aun las más sutiles. Si permitimos que sea la Biblia, en lugar del Zodiaco, la que influya en nuestra vida, disfrutaremos eternamente de la bendición de Dios (Salmo 37:29, 38).
[Nota]

La adivinación abarca las diferentes formas de obtener conocimiento, sobre todo de acontecimientos futuros, mediante poderes ocultos.

¿Revela el futuro la astrología?
¿CÓMO se puede triunfar en el amor, prosperar económicamente o mejorar en la vida? Mucha gente busca la respuesta en la astrología. Todos los días, millones de personas consultan su horóscopo en el periódico con la esperanza de mejorar su futuro; incluso dirigentes mundiales han tomado decisiones basándose en las estrellas.
¿Es confiable la astrología? ¿Cómo hacen los astrólogos sus predicciones? ¿Deben permitir los cristianos que los astros determinen su forma de vivir?
¿Qué es la astrología?
Según The World Book Encyclopedia, la astrología “se basa en la creencia de que los cuerpos celestes forman figuras que revelan rasgos del carácter de las personas o su futuro”. Los astrólogos sostienen que la posición exacta de los planetas y de los signos del Zodiaco en el momento del nacimiento de la persona influye en la trayectoria de su vida.* La posición de estos cuerpos astrales en un momento dado se llama horóscopo.
La creencia en la astrología es muy antigua. Hace cuatro mil años, los babilonios empezaron a predecir el futuro basándose en la posición del Sol, la Luna y los cinco planetas más visibles. Afirmaban que estos cuerpos celestes ejercían ciertas fuerzas que influían en el comportamiento de los seres humanos. Posteriormente incorporaron los signos del Zodiaco en sus predicciones.
Un extenso historial de fracasos
La Biblia relaciona la astrología con Babilonia y en varias ocasiones hace alusión a astrólogos babilonios (Daniel 4:7; 5:7, 11). En los días del profeta Daniel, esta práctica estaba tan extendida en Caldea (Babilonia) que el término caldeo significaba prácticamente lo mismo que astrólogo.
Daniel fue testigo no solo de la influencia de la astrología en Babilonia, sino también de la incapacidad de sus practicantes para predecir la caída de la ciudad (Daniel 2:27). Sin embargo, veamos la exactitud de la predicción que había hecho el profeta Isaías dos siglos antes. “Que se presenten tus astrólogos, los que observan las estrellas, los que hacen predicciones mes a mes, ¡que te salven de lo que viene sobre ti!”, escribió Isaías irónicamente. “Ni a sí mismos pueden salvarse.” (Isaías 47:13, 14Nueva VersiónInternacional.)
Es obvio que los astrólogos babilonios no pudieron pronosticar la caída de la ciudad, ni siquiera con unas horas de antelación. Además, cuando la sentencia condenatoria de Dios apareció escrita en la pared del palacio del rey Belsasar, los astrólogos fueron incapaces de descifrar el enigmático mensaje (Daniel 5:7, 8).
A los astrólogos modernos no les ha ido mejor a la hora de adivinar acontecimientos importantes. Tras examinar más de tres mil predicciones astrológicas concretas, los investigadores científicos R. Culver y Philip Ianna llegaron a la conclusión de que solo un 10% de las predicciones fueron exactas. Cualquier analista bien informado podría obtener mejores resultados.
En conflicto con las enseñanzas bíblicas
Ahora bien, los profetas hebreos no rechazaron la astrología solo porque estuviera claro que no servía para predecir el futuro con exactitud. La Ley que Dios dio a Moisés advertía explícitamente a los israelitas que no buscaran agüeros. “No debería hallarse en ti [...] nadie que emplee adivinación [...] ni nadie que busque agüeros”, decía la Ley. “Todo el que hace estas cosas es algo detestable a Jehová.” (Deuteronomio 18:10, 12.)
Aunque la palabra astrología no aparece en ese texto, es evidente que la prohibición incluía dicha práctica. La Enciclopedia Hispánica define la astrología como “la rama de la adivinación que se relaciona con la influencia de los cuerpos astrales sobre la evolución de los acontecimientos en la Tierra”. Todas las formas de adivinación, se basen en los astros o en cualquier otra cosa, violan las directrices divinas. ¿Por qué? Hay una buena razón.
La Biblia no atribuye nuestros triunfos y fracasos a las estrellas; más bien, dice que “cualquier cosa que el hombre esté sembrando, esto también segará” (Gálatas 6:7). Puesto que tenemos libre albedrío, Dios nos considera a cada uno de nosotros responsables de nuestros actos (Deuteronomio 30:19, 20; Romanos 14:12). Cierto, podemos sufrir un accidente o enfermarnos por causas que escapen a nuestro control. Pero las Escrituras aclaran que esas desgracias se deben al “tiempo y el suceso imprevisto”, no a nuestro horóscopo (Eclesiastés 9:11).
En lo que toca a las relaciones personales, la Biblia nos anima a ‘vestirnos’ de cualidades como la compasión, la bondad, la humildad mental, la apacibilidad, la gran paciencia y el amor (Colosenses 3:12-14). Estas cualidades son la clave para forjar amistades duraderas y matrimonios sólidos. La compatibilidad astrológica no es un método seguro para elegir cónyuge. El psicólogo Bernard Silverman analizó los horóscopos de 3.500 parejas, de las cuales un 17% ya estaban divorciadas, y descubrió que el índice de divorcios no era menor entre quienes tenían una pareja compatible desde el punto de vista astrológico.
En conclusión, la astrología no es un método confiable para predecir el futuro. Además, es engañosa, pues induce a la gente a culpar a las estrellas de sus propios errores. Y lo que más debe importarnos: la Palabra de Dios la condena abiertamente.
[Nota]
Los signos del Zodiaco son las doce constelaciones utilizadas en la astrología.

¿Influyen los astros en nuestra vida?
EN UNA noche clara y lejos de las luces que delatan la presencia humana, es fácil ver el cielo estrellado como un inmenso paño de terciopelo negro adornado con diminutos diamantes. En realidad, hace solo tres siglos y medio que los seres humanos somos realmente conscientes del tamaño de las estrellas y de lo distantes que están de nosotros. Apenas comprendemos las descomunales fuerzas que operan en ese grandioso lugar que llamamos universo.
Desde el principio de la historia, los seres humanos se han detenido a observar los precisos movimientos de los astros y sus regulares cambios de posición en el firmamento (Génesis 1:14). Muchas personas han reaccionado como un rey del antiguo Israel llamado David, que hace tres mil años le dijo a Dios: “Cuando veo tus cielos, las obras de tus dedos, la luna y las estrellas que tú has preparado, ¿qué es el hombre mortal para que lo tengas presente[?]” (Salmo 8:3, 4).
Quizás mucha gente no se dé cuenta, pero estos cuerpos celestes y sus movimientos ejercen una gran influencia en nuestra vida. Pongamos por caso la estrella alrededor de la cual gira nuestro planeta. Como probablemente sepa, el Sol es el responsable de que existan divisiones de tiempo tan básicas como el día y el año. La Luna cumple un objetivo similar: según la Biblia, es “para tiempos señalados”, o dicho de otra forma, “para [marcar] el calendario” (Salmo 104:19La Nueva Biblia Latinoamérica, 2005). Y sin duda todos reconocemos lo útiles que les resultan las estrellas a los marineros y astronautas a la hora de orientarse. Así pues, no es de extrañar que algunos se pregunten si los astros hacen algo más que dividir el tiempo, marcar ciertos períodos del año o despertar nuestra admiración por las obras de Dios. ¿Servirán para predecir el futuro o para prevenirnos de algún desastre?
La astrología: su origen y propósito
La práctica de mirar los cielos en busca de señales que guíen la vida de las personas no es un fenómeno reciente. Se cree que dicha práctica —conocida como astrología— surgió en Mesopotamia, alrededor del tercer milenio antes de nuestra era. Los antiguos astrólogos eran meticulosos observadores del cielo. De hecho, fue su empeño por registrar las posiciones y movimientos de los cuerpos celestes, crear calendarios y predecir eclipses lo que dio origen a la actual ciencia de la astronomía. Sin embargo, el propósito de los astrólogos no es simplemente observar el impacto que tienen el Sol y la Luna en nuestro entorno. Ellos aseguran que la posición y la alineación del Sol, la Luna, los planetas y las constelaciones determinan grandes acontecimientos en la Tierra e incluso controlan la vida de la gente.
Algunas personas recurren a la astrología para interpretar las supuestas señales de los cielos sobre el futuro y así sacarle provecho a esa información. Otras creen que la astrología puede revelar lo que están predestinadas a hacer o tal vez ayudarles a averiguar el momento más propicio para embarcarse en alguna empresa. ¿Cómo? Observando la posición de determinados astros y “calculando” la interacción entre ellos y con la Tierra. Piensan que su influencia en la vida de la persona será mayor o menor en función de cómo estaban alineados en el momento de su nacimiento.
Los primeros astrólogos creían que la Tierra era el centro del universo y que los otros planetas y las constelaciones giraban a su alrededor dentro de una serie de esferas concéntricas. También pensaban que el Sol atravesaba las estrellas y las constelaciones del firmamento siguiendo una órbita anual. Llamaron “eclíptica” a la trayectoria aparente de dicho astro y la dividieron en doce zonas. Cada una corresponde a un signo del Zodíaco y lleva el nombre de la constelación que el Sol atraviesa a su paso por esa zona. También se las llama “casas del cielo”, porque se creía que cada una de ellas era la morada de una deidad en particular. Cuando siglos después los astrónomos descubrieron que el Sol no se mueve alrededor de la Tierra, sino al contrario, la supuesta ciencia de la astrología perdió toda su credibilidad.
Desde Mesopotamia, la astrología se extendió a prácticamente todo lugar y toda civilización. Tras la conquista persa de Babilonia, llegó a Egipto, Grecia e incluso la India. Desde allí, los misioneros budistas la llevaron a Asia central, China, el Tíbet, Japón y el sureste asiático. Y aunque no se sabe cuál fue la ruta de transmisión, hasta los mayas practicaban un tipo de astrología similar al babilónico. Parece que la variante moderna de la astrología se desarrolló en el Egipto helenizado e influyó mucho en la forma de pensar de diversos grupos judíos, musulmanes y cristianos.
Ni siquiera la antigua nación de Israel escapó a la influencia de la astrología. Ya antes de que los israelitas fueran al exilio en Babilonia en el siglo VII antes de nuestra era, la Bibliamenciona la lucha del fiel rey Josías para erradicar la práctica de ofrecer sacrificios “al sol y a la luna y a las constelaciones del zodíaco y a todo el ejército de los cielos” (2 Reyes 23:5).
Quién está detrás
Está claro que Dios no puede estar detrás de la astrología, pues la descripción que esta hace del universo y su funcionamiento no se corresponde para nada con la realidad. Además, como los principios en los que se basa son falsos, es imposible que pueda aportar datos confiables sobre el futuro. La propia historia demuestra la falsedad de la astrología.
Se sabe, por ejemplo, de cierta ocasión en que los sacerdotes y astrólogos de Babilonia no pudieron interpretar un sueño del rey Nabucodonosor. El profeta Daniel —siervo del Dios verdadero, Jehová— explicó: “El secreto que el rey mismo pide, los sabios, los sortílegos, los sacerdotes practicantes de magia y los astrólogos mismos no pueden mostrarlo al rey. No obstante, existe un Dios en los cielos que es un Revelador de secretos, y él ha hecho saber al rey Nabucodonosor lo que ha de ocurrir en la parte final de los días” (Daniel 2:27, 28). Daniel sí pudo interpretar correctamente el sueño del rey, pero fue porque acudió a Jehová Dios —el “Revelador de secretos”—, en vez de recurrir al Sol, la Luna o las estrellas (Daniel 2:36-45).
El caso de los mayas también ilustra la inutilidad de la astrología. Ni sus precisos cálculos astronómicos ni sus vastos conocimientos astrológicos evitaron la desaparición de su civilización en el siglo IX de nuestra era. Ambos ejemplos dejan claro que la astrología no puede predecir nada y que su único fin es evitar que la gente acuda a Dios para saber lo que ocurrirá en el futuro.
El hecho de que la astrología se base en mentiras también permite identificar quién está realmente detrás de ella. Hablando del Diablo, Jesús dijo: “No permaneció firme en la verdad, porque la verdad no está en él. Cuando habla la mentira, habla según su propia disposición, porque es mentiroso y el padre de la mentira” (Juan 8:44). Así pues, aunque Satanás finja ser “ángel de luz” y sus demonios “ministros de justicia”, su verdadero propósito es engañar a las personas (2 Corintios 11:14, 15). Sin embargo, gracias a la Palabra de Dios, sabemos que “toda obra poderosa y señales y portentos presagiosos mentirosos” son obra de Satanás (2 Tesalonicenses 2:9).
Razones para evitar la astrología
Para empezar, Jehová es el Dios de la verdad y detesta todo lo que se basa en mentiras (Salmo 31:5). De ahí que la Biblia condene la astrología y mande a los siervos de Dios que no tengan nada que ver con ella. “No debería hallarse en ti [...] nadie que busque agüeros ni hechicero, [...] nadie que consulte a un médium espiritista o a un pronosticador profesional de sucesos ni nadie que pregunte a los muertos. Porque todo el que hace estas cosas es algo detestable a Jehová.” (Deuteronomio 18:10-12.)
Otra buena razón para evitar la astrología es que nos expone a la influencia de Satanás y sus demonios. Tal como las personas que prueban las drogas pueden caer en las garras de un traficante, las que juegan con la astrología pueden ser víctimas del mayor mentiroso, Satanás. Por lo tanto, quienes aman a Dios y la verdad rechazan toda forma de astrología, pues se rigen por el siguiente principio bíblico: “Odien lo que es malo, y amen lo que es bueno” (Amós 5:15).
Ahora bien, la astrología atrae a las personas porque creen que les revela el futuro. Pero ¿es esto posible? La Biblia explica que nadie puede saber lo que le ocurrirá dentro de un día, una semana o un año (Santiago 4:14). Sin embargo, sí se puede tener una idea del futuro de la humanidad en general. La Biblia indica que pronto llegará el Reino que pedimos en el padrenuestro (Daniel 2:44; Mateo 6:9, 10). También dice que este Reino pondrá fin al sufrimiento de una vez por todas (Isaías 65:17; Revelación [Apocalipsis] 21:4). Además, Dios no predestina a los seres humanos; de lo contrario, no nos invitaría a conocerlo a él y lo que va a hacer para nuestro beneficio. A fin de cuentas, como dice la Biblia, Dios quiere que “hombres de toda clase se salven y lleguen a un conocimiento exacto de la verdad” (1 Timoteo 2:4).
Así pues, Jehová Dios no creó los cielos y los cuerpos celestes para que controlaran nuestra vida. Más bien, nos recuerdan su poder y su majestad (Romanos 1:20). Al observar de lo que Dios es capaz, sin duda nos sentimos motivados a acudir a él y a su Palabra en busca de guía para una vida feliz, y no a una práctica basada en mentiras. Como dice Proverbios 3:5, 6: “Confía en Jehová con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propio entendimiento. En todos tus caminos tómalo en cuenta, y él mismo hará derechas tus sendas”.


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