sábado, 10 de mayo de 2014

La cruz pagana del Papa Francisco I







Los verdaderos cristianos de la actualidad no se inclinan ante ídolos de ninguna clase (1 Juan 5:21). Los crucifijos, los rosarios y las imágenes de santos no nos acercan más al Creador ni pueden interceder por nosotros. En el siglo primero, Jesús enseñó a sus discípulos cuál es el modo correcto de adorar a Dios cuando declaró: “Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie viene al Padre sino por mí. Si ustedes piden algo en mi nombre, lo haré” (Juan 14:6, 14).

Veamos el proceder ilógico de los idólatras. La profecía continúa: “Hay los que con profusión sacan el oro de la bolsa, y con el brazo de la balanza pesan la plata. Alquilan a un metalario, y él hace de ello un dios. Se prosternan, sí, se inclinan” (Isaías 46:6). Algunos idólatras no reparan en gastos a la hora de fabricar su deidad, como si los ídolos caros tuvieran más poder salvador que los de madera. Pero sin importar cuánto trabajo o dinero se invierta en ellos, no son más que figuras inertes, y siempre lo serán.

La profecía sigue poniendo de relieve la insensatez de la idolatría: “Lo llevan sobre el hombro, lo cargan y lo depositan en su lugar para que quede quieto. De su lugar donde está parado no se mueve. Hasta le clama uno, pero él no responde; de la angustia en que uno se halla, este no lo salva” (Isaías 46:7). ¡Qué ridículo es orar a una imagen que no puede ni oír ni hacer nada! Bien describe el salmista la inutilidad de tales objetos de adoración: “Los ídolos de ellos son plata y oro, la obra de las manos del hombre terrestre. Boca tienen, pero no pueden hablar; ojos tienen, pero no pueden ver; oídos tienen, pero no pueden oír. Nariz tienen, pero no pueden oler. Manos son suyas, pero no pueden palpar. Pies son suyos, pero no pueden andar; no profieren sonido con su garganta. Quienes los hacen llegarán a ser lo mismo que ellos, todos los que confían en ellos” (Salmo 115:4-8).

Una vez establecido lo inútil que es adorar ídolos, Jehová da a su pueblo razones por las que deben servirle: “Acuérdense de esto, para que cobren ánimo. Pónganlo en el corazón, transgresores. Acuérdense de las primeras cosas de mucho tiempo atrás, que yo soy el Divino y no hay otro Dios, ni nadie semejante a mí” (Isaías 46:8, 9). Los que vacilan entre la adoración verdadera y la idolatría tienen que refrescar su memoria histórica. Deben recordar todo lo que Jehová ha hecho. Esto los ayudará a cobrar ánimo, hacer lo correcto y adorar de nuevo a Jehová.

Esta exhortación sigue siendo necesaria en nuestros días. Al igual que los israelitas, los cristianos sinceros tienen que luchar contra las tentaciones y su propia imperfección (Romanos 7:21-24). Además, están enzarzados en una batalla espiritual con un enemigo invisible, pero inmensamente poderoso. El apóstol Pablo dice: “Tenemos una lucha, no contra sangre y carne, sino contra los gobiernos, contra las autoridades, contra los gobernantes mundiales de esta oscuridad, contra las fuerzas espirituales inicuas en los lugares celestiales” (Efesios 6:12).

Satanás y sus demonios están dispuestos a hacer cualquier cosa con tal de apartar a los cristianos de la adoración verdadera. Para ganar la lucha, estos tienen que seguir el consejo de Jehová y cobrar ánimo. ¿Cómo? El apóstol Pablo explica: “Pónganse la armadura completa que proviene de Dios para que puedan estar firmes contra las maquinaciones del Diablo”. Jehová no envía a sus siervos a la batalla sin equiparlos. Su armadura espiritual incluye “el escudo grande de la fe, con el cual podrán apagar todos losproyectiles encendidos del inicuo” (Efesios 6:11, 16). Los israelitas pecaron porque hicieron caso omiso de las provisiones espirituales procedentes de Jehová. Si hubieran meditado sobre los actos poderosos que él había realizado repetidas veces en su favor, nunca habrían caído en la repugnante adoración de ídolos. Que su ejemplo nos sirva de lección y nos resolvamos a no vacilar nunca en la lucha por hacer lo correcto (1 Corintios 10:11).






Cruz
Definición: La mayoría de las iglesias de la cristiandad usan el término cruz para referirse al instrumento en que Jesucristo fue ejecutado. La expresión se deriva de la palabra latina crux.
¿A qué se debe que en las publicaciones de la Watch Tower se represente a Jesúsen un madero con las manos por encima de la cabeza, en vez de en la cruztradicional?
La palabra griega que se traduce “cruz” en muchas versiones modernas de la Biblia (“madero de tormento” en NM) es stau·ros. En el griego clásico, esta palabra significaba simplemente un madero, o palo, vertical. Posteriormente también se llegó a usar para referirse a un madero de ejecución que tenía un travesaño. El Diccionario Ilustrado de laBiblia, de Wilton M. Nelson, 1977, bajo “Cruz”, señala: “La palabra griega stauros (“cruz”), significa palo o estaca vertical”. El diccionario bíblico en inglés The Imperial Bible-Dictionary reconoce lo mismo, al decir: “La palabra griega para cruz, [stau·ros′], significaba apropiadamente un madero, un poste en posición vertical, o palo de una estacada, del cual se podía colgar cualquier cosa, o que se podía usar para empalizar [cercar] un pedazo de terreno. [...] Hasta entre los romanos la crux (de donde se deriva nuestra [palabra] cruz) parece haber sido originalmente un palo en posición vertical” (edición preparada por P. Fairbairn, Londres, 1874, tomo I, pág. 376).
¿Fue ese el caso con relación a la ejecución del Hijo de Dios? Es digno de mención que la Biblia también usa la palabra xylon para identificar el instrumento que se usó. Un diccionario, A Greek-English Lexicon, por Liddell y Scott, define esta palabra con el siguiente significado: “Madera cortada y lista para usarse, leña, madera de construcción,etc. [...] palo, leño, viga, poste [...] garrote, cachiporra [...] madero en que se colgaba a los criminales [...] de madera viva, árbol”. También dice “en el NT, de la cruz”, y cita Hechos 5:30 y Hch 10:39 como ejemplos (Oxford, 1968, págs. 1191, 1192). Sin embargo, en esos versículos NC, Str, VV y VM traducen xy′lon como “madero”. (Compárese esa manera de verter el término con Gálatas 3:13; Deuteronomio 21:22, 23.)
El libro The Non-Christian Cross (La cruz no cristiana), por J. D. Parsons (Londres, 1896), dice: “No hay ni una sola oración en ninguno de los numerosos escritos que componen el Nuevo Testamento en la que, en el griego original, haya siquiera prueba indirecta en el sentido de que el staurós usado en el caso de Jesús haya sido algo más que un ordinario staurós; mucho menos en el sentido de que haya consistido, no en un solo madero, sino en dos clavados juntos en forma de cruz. [...] No es poco engañoso por parte de nuestros maestros el traducir la palabra staurós como ‘cruz’ cuando vierten en nuestra lengua nativa los documentos griegos de la Iglesia, y el apoyar esa acción al poner ‘cruz’ en nuestros léxicos como el significado de staurós, sin explicar cuidadosamente que de todas formas ese no era el significado primario de la palabra en los días de los Apóstoles, ni llegó a ser ese su significado primario sino hasta mucho tiempo después, y que llegó a serlo entonces, si acaso llegó a serlo, solo porque —a pesar de la ausencia de prueba corroborativa— por una razón u otra se supuso que el staurós particular en el cual Jesús fue ejecutado tenía esa forma particular” (págs. 23, 24; véase también The Companion Bible, Londres, 1885, Apéndice Núm. 162).
Por lo tanto, la preponderancia de prueba indica que Jesús murió en un madero vertical y no en la cruz tradicional.
¿Qué origen histórico tiene la cruz de la cristiandad?
“En casi todas partes del mundo antiguo se han hallado varios objetos, que datan de períodos muy anteriores a la era cristiana, marcados con cruces de diferentes estilos. De la India y Siria y Persia y Egipto han venido muchísimos ejemplos [...] El uso de la cruz como símbolo religioso en tiempos anteriores al cristianismo y entre pueblos no cristianos probablemente pueda considerarse como casi universal, y en muchísimos casos estaba relacionado con alguna forma de adoración de la naturaleza.” (Encyclopædia Britannica,1946, tomo 6, pág. 753.)
“La forma de la [cruz de dos palos] tuvo su origen en la antigua Caldea, y se usó como símbolo del dios Tamuz (puesto que era una figura de la Tau mística, la letra inicial de su nombre) en aquel país y en tierras circunvecinas, entre ellas Egipto. Para mediados del tercer siglo d. de J.C. las iglesias o se habían apartado de ciertas doctrinas de la fe cristiana o tenían una imitación grotesca de ellas. Para aumentar el prestigio del sistema eclesiástico apóstata se recibió a paganos en las iglesias sin que hubiera regeneración por fe, y en gran medida se les permitió retener sus señales y símbolos paganos. Por eso se adoptó la Tau o T, en su forma más frecuente, con el travesaño más bajo, para representar la cruz de Cristo.” (An Expository Dictionary of New Testament Words,Londres, 1962, W. E. Vine, pág. 256.)
“Es extraño, y no obstante un hecho incuestionable, que en épocas muy anteriores al nacimiento de Cristo, y desde entonces en tierras no tocadas por las enseñanzas de la Iglesia, la Cruz ha sido usada como símbolo sagrado. [...] El Baco griego, el Tamuz tirio, el Bel caldeo y el Odín escandinavo, todos fueron simbolizados para sus devotos por un objeto cruciforme.” (The Cross in Ritual, Architecture, and Art [La cruz en el ritual, la arquitectura y el arte], Londres, 1900, G. S. Tyack, pág. 1.)
“La cruz en forma de la ‘Crux Ansata’ [...] era llevada en la mano de los sacerdotes egipcios y los reyes pontífices como símbolo de su autoridad como sacerdotes del dios Sol, y era llamada ‘el Signo de la Vida’.” (The Worship of the Dead [La adoración de los difuntos], Londres, 1904, Colonel J. Garnier, pág. 226.)
“Por todas partes en los monumentos y las tumbas de Egipto se hallan diversas figuras de cruces, y muchas autoridades las consideran símbolos o del falo [una representación del órgano sexual masculino] o del coito. [...] En las tumbas egipcias la crux ansata [cruz con un círculo o asa en la parte superior] se encuentra lado a lado con el falo.” (A ShortHistory of Sex-Worship [Corta historia de la adoración del sexo], Londres, 1940, H. Cutner, págs. 16, 17; véase también The Non-Christian Cross [La cruz no cristiana], pág. 183.)
“Estas cruces se usaban como símbolos del dios solar babilonio, y se ven por primera vez en una moneda de Julio César, 100-44 a. de J.C., y después en una moneda acuñada por el heredero de César (Augusto), 20 a. de J.C. El símbolo que se ve con más frecuencia en las monedas de Constantino; pero el mismo símbolo se emplea sin el círculo rodeante, y con los cuatro brazos iguales verticales y horizontales; y este era el símbolo que se veneraba especialmente como la ‘Rueda Solar’. Debe declararse que Constantino era adorador del dios solar, y no ingresaría en la ‘Iglesia’ sino hasta un cuarto de siglo después de haber visto tal cruz en los cielos.” (The Companion Bible [La Biblia compañera], Apéndice núm. 162; véase también The Non-Christian Cross [La cruz no cristiana], págs. 133-141.)
¿Es una práctica bíblica la veneración de la cruz?
1 Cor. 10:14: “Amados míos, huyan de la idolatría.” (Un ídolo es una imagen o símbolo que es objeto de intensa devoción, veneración o adoración.)
Éxo. 20:4, 5NC [1947]: “No te harás imágenes talladas, ni figuración alguna de lo que hay en lo alto de los cielos, ni de lo que hay abajo sobre la tierra, ni de lo que hay en las aguas debajo de la tierra. No te postrarás ante ellas, y no las servirás.” (Note que Dios mandó que su pueblo ni siquiera hiciera una imagen ante la cual alguien hubiera de inclinarse.)
De interés es este comentario de la New Catholic Encyclopedia: “En el arte simbólico de los primeros siglos del cristianismo no se encuentra la representación de la muerte redentora de Jesús en el Gólgota. Los cristianos primitivos —bajo la influencia del Antiguo Testamento, que prohibía las imágenes esculpidas— no estaban dispuestos a representar gráficamente ni siquiera el instrumento de la Pasión del Señor” (1967, tomo IV, pág. 486).
Respecto a los cristianos del primer siglo, History of the Christian Church (Historia de la iglesia cristiana) dice: “No se usaba el crucifijo ni ninguna representación material de la cruz” (Nueva York, 1897, J. F. Hurst, tomo I, pág. 366).
¿Importa realmente el que una persona le tenga afecto a una cruz, con tal que nola adore?
¿Cómo se sentiría usted si se ejecutara a uno de sus amigos más queridos después de habérsele acusado falsamente? ¿Haría una réplica del instrumento de ejecución? ¿Le tendría afecto a dicho instrumento, o más bien lo evitaría?
En el antiguo Israel, los judíos infieles lloraban la muerte del dios falso Tamuz. Jehová dijo que lo que hacían era una ‘cosa detestable’ (Eze. 8:13, 14). Según la historia, Tamuz era un dios babilonio, y la cruz se usaba como su símbolo. Babilonia, desde su principio en los días de Nemrod, estuvo contra Jehová y fue enemiga de la adoración verdadera (Gén. 10:8-10; Jer. 50:29). Por eso, la persona que considera preciosa la cruz honra un símbolo de una adoración que está opuesta al Dios verdadero.

Como se declara en Ezequiel 8:17, los judíos apóstatas también ‘empujaban el vástago a la nariz de Jehová’. El veía aquello como ‘detestable’ y ‘ofensivo’. ¿Por qué? Aquel “vástago” —explican algunos comentaristas— era una representación del órgano sexual masculino, que se usaba en la adoración fálica. ¿Cómo, pues, debe Jehová ver el uso de la cruz, la cual, según hemos visto, se usaba en la antigüedad como símbolo en la adoración fálica?

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