sábado, 10 de mayo de 2014

ALEJATE DE LA RELIGION FALSA



“Sálganse de entre ellos, y sepárense —dice Jehová—, y dejen de tocar la cosa inmunda.” (2 CORINTIOS 6:17.)

Muchas personas sinceras desconocen la verdad acerca de Dios y el futuro de la humanidad. No encuentran respuesta a las preguntas espirituales de mayor importancia; por eso viven en un estado de confusión e incertidumbre. Millones de ellas están esclavizadas por supersticiones, ritos y celebraciones que ofenden a nuestro Creador. Lo más probable es que tengamos vecinos y familiares que creen en un infierno de fuego, en un Dios trino, en la inmortalidad del alma o en otras doctrinas falsas.



 ¿Quién es el causante de esta gran oscuridad espiritual? Irónicamente, la religión, en particular las organizaciones y los líderes religiosos que han enseñado ideas contrarias a los pensamientos de Dios (Marcos 7:7, 8). Como consecuencia, a muchas personas se les ha hecho creer que adoran al Dios verdadero, cuando lo cierto es que lo ofenden. La religión falsa es la responsable directa de tan lamentable situación.



Detrás de la religión falsa se oculta un ser invisible. El apóstol Pablo dijo lo siguiente sobre este personaje: “El dios de este sistema de cosas ha cegado las mentes de los incrédulos, para que no pase a ellos la iluminación de las gloriosas buenas nuevas acerca del Cristo, que es la imagen de Dios” (2 Corintios 4:4). “El dios de este sistema de cosas” es en realidad Satanás, el Diablo. Él es el principal impulsor de la religión falsa. “Satanás mismo sigue transformándose en ángel de luz —escribió Pablo—. No es, por lo tanto, gran cosa el que sus ministros también sigan transformándose en ministros de justicia.” (2 Corintios 11:14, 15.) Satanás hace que lo malo parezca bueno y engaña a la gente para que crea en mentiras.



No es de extrañar que la Biblia condene con tanta severidad a la religión falsa. Por ejemplo, la Ley mosaica previno a los israelitas —el pueblo elegido de Dios— específicamente contra los falsos profetas. Cualquiera que promoviera ideas engañosas o el culto a dioses falsos ‘debía ser muerto por hablar de sublevación contra Jehová’. A los israelitas se les ordenó ‘eliminar de en medio de ellos lo que era malo’ (Deuteronomio 13:1-5). En efecto, Jehová ve a la religión falsa como un mal (Ezequiel 13:3).

 Jesucristo y sus apóstoles tenían los mismos sentimientos intensos de Jehová hacia lareligión falsa. Jesús advirtió a sus discípulos: “Guárdense de los falsos profetas que vienen a ustedes en ropa de oveja, pero por dentro son lobos voraces” (Mateo 7:15; Marcos 13:22, 23). Pablo escribió que “la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que suprimen la verdad” (Romanos 1:18). Así pues, es imprescindible que los verdaderos cristianos hagamos caso de dichas advertencias y nos mantengamos alejados de cualquiera que enseñe doctrinas falsas o que oculte la verdad de la Palabra de Dios (1 Juan 4:1).

Huyamos de “Babilonia la Grande”

El libro bíblico de Revelación representa a la religión falsa como una prostituta borracha que ejerce gran poder sobre muchos reinos y sus pueblos. Esta mujer simbólica comete fornicación con numerosos reyes y está embriagada con la sangre de los verdaderos adoradores de Dios (Revelación [Apocalipsis] 17:1, 2, 6, 18). Lleva escrito en la frente un nombre que va de acuerdo con su conducta obscena y repulsiva: “Babilonia la Grande, la madre de las rameras y de las cosas repugnantes de la tierra” (Revelación 17:5).

 La descripción que hacen las Escrituras de Babilonia la Grande encaja muy bien con el conjunto de las religiones falsas del mundo. Aunque los miles de religiones que existen no se hallan agrupados formalmente bajo una organización mundial, sí están unidos de forma inseparable en su manera de pensar y actuar. Tal como sucede con la mujer inmoral de Revelación, la religión falsa ejerce una tremenda influencia en los gobiernos. De manera semejante a una mujer infiel que quebranta sus votos matrimoniales, la religión falsa se ha prostituido al contraer alianzas con un gobierno tras otro. El discípulo Santiago escribió: “Adúlteras, ¿no saben que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? Cualquiera, por lo tanto, que quiere ser amigo del mundo está constituyéndose enemigo de Dios” (Santiago 4:4).



La intervención de la religión falsa en los gobiernos ha causado mucho sufrimiento a la humanidad. El doctor Xolela Mangcu, analista político africano, dijo que “la historia universal abunda en ejemplos de exterminios en masa provocados por la mezcla de la religión y la política”. Y un periódico afirmó hace poco: “Las luchas más sangrientas y más peligrosas de la actualidad [...] son de carácter religioso”. Millones de personas han perdido la vida en conflictos que cuentan con el apoyo de las religiones. Babilonia la Grande incluso ha perseguido y matado a los siervos verdaderos de Dios y, por así decirlo, se ha emborrachado con su sangre (Revelación 18:24).

Jehová detesta a la religión falsa, y su odio se hace patente en lo que le sucederá a Babilonia la Grande. Revelación 17:16 relata: “Los diez cuernos que viste, y la bestia salvaje, estos odiarán a la ramera y harán que quede devastada y desnuda, y se comerán sus carnes y la quemarán por completo con fuego”. Primero, una enorme bestia la destroza y se come la carne de su cuerpo, y luego sus restos son consumidos por el fuego. Eso mismo le harán dentro de poco los gobiernos del mundo a la religión falsa. Dios se encargará de que así sea (Revelación 17:17). Babilonia la Grande, el imperio mundial de lareligión falsa, está condenada a la destrucción. “Nunca volverá a ser hallada.” (Revelación 18:21.)

 ¿Cómo deben ver los verdaderos siervos de Dios a Babilonia la Grande? La Biblia ordena sin rodeos: “Sálganse de ella, pueblo mío, si no quieren participar con ella en sus pecados, y si no quieren recibir parte de sus plagas” (Revelación 18:4). Los que desean salvarse deben abandonar la religión falsa antes de que sea demasiado tarde. Cuando Jesucristo estuvo en la Tierra, predijo que en los últimos días muchos se limitarán a decir que son sus seguidores (Mateo 24:3-5). A estos, él dirá: “¡Nunca los conocí! Apártense de mí, obradores del desafuero” (Mateo 7:23). En efecto, el entronizado rey Jesucristo no tiene nada que ver con la religión falsa.




¿Cómo mantenernos alejados?

 Los verdaderos cristianos nos mantenemos alejados de la adoración falsa rechazando sus doctrinas. Esto significa que evitamos los programas religiosos que se emiten por la radio y la televisión, así como las publicaciones religiosas que propagan mentiras sobre Dios y su Palabra (Salmo 119:37). También significa que no acudimos a reuniones sociales y actividades recreativas programadas por organizaciones vinculadas a la religión falsa. En otras palabras, no apoyamos la adoración falsa de ninguna manera (1 Corintios 10:21). Si tomamos estas medidas, nadie nos llevará “como presa suya mediante la filosofía y el vano engaño según la tradición de los hombres, según las cosas elementales del mundo y no según Cristo” (Colosenses 2:8).



El apóstol Pablo escribió: “No lleguen a estar unidos bajo yugo desigual con los incrédulos. Porque, ¿qué consorcio tienen la justicia y el desafuero? ¿O qué participación tiene la luz con la oscuridad? Además, ¿qué armonía hay entre Cristo y Belial? ¿O qué porción tiene una persona fiel con un incrédulo? ¿Y qué acuerdo tiene el templo de Dios con los ídolos? [...] ‘Por lo tanto, sálganse de entre ellos, y sepárense —dice Jehová—, y dejen de tocar la cosa inmunda’” (2 Corintios 6:14-17). Hacemos caso de estas palabras manteniéndonos alejados de la adoración falsa. ¿Exige el consejo que dio Pablo que también nos mantengamos alejados de los adoradores falsos?

Sigamos “andando en sabiduría”

 ¿Debemos los verdaderos siervos de Dios rehuir todo trato con las personas que practican la adoración falsa? ¿Debemos mantenernos apartados de quienes no pertenecen a nuestra religión? La respuesta es no, pues el segundo de los dos mandamientos más grandes es: “Tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo” (Mateo 22:39). No cabe duda de que demostramos amor a nuestros semejantes cuando les predicamos las buenas nuevas del Reino, cuando les damos clases de la Biblia y cuando les hacemos comprender la necesidad de mantenerse alejados de la adoración falsa.

 Aunque predicamos las buenas nuevas a nuestro prójimo, los seguidores de Jesús no somos “parte del mundo” (Juan 15:19). La palabra “mundo” se refiere aquí a la sociedad humana alejada de Dios (Efesios 4:17-19; 1 Juan 5:19). Estamos separados del mundo en el sentido de que rechazamos las actitudes, el habla y la conducta que ofenden a Jehová (1 Juan 2:15-17). Además, de acuerdo con el principio de que “las malas compañías echan a perder los hábitos útiles”, no cultivamos la amistad de quienes no siguen las normas cristianas (1 Corintios 15:33). No ser parte del mundo quiere decir conservarse “sin mancha del mundo” (Santiago 1:27). Por lo tanto, estar separados del mundo no significa vivir aislados, sin tener relación con los demás (Juan 17:15, 16; 1 Corintios 5:9, 10).

 ¿Cómo, entonces, debemos tratar a quienes no conocen las verdades de la Biblia? La recomendación que Pablo hizo a la congregación de Colosas fue: “Sigan andando en sabiduría para con los de afuera, comprándose todo el tiempo oportuno que queda. Que su habla siempre sea con gracia, sazonada con sal, para que sepan cómo deben dar una respuesta a cada uno” (Colosenses 4:5, 6). El apóstol Pedro escribió: “Santifiquen al Cristo como Señor en su corazón, siempre listos para presentar una defensa ante todo el que les exija razón de la esperanza que hay en ustedes, pero haciéndolo junto con genio apacible y profundo respeto” (1 Pedro 3:15). A los cristianos, Pablo aconsejó: “No hablen perjudicialmente de nadie, [...] no sean belicosos, [...] sean razonables, y desplieguen toda apacibilidad para con todos los hombres” (Tito 3:2).

¡Se acerca el fin de la religión falsa!

▪ ¿Qué se entiende por religión falsa?
▪ ¿Cómo dejará de existir?
▪ ¿Qué efecto tendrá en usted su desaparición?

¿Qué se entiende por religión falsa?

¿Le angustian los crímenes que se cometen en el nombre de la religión? ¿Ofenden su sentido de la justicia las guerras y los actos de terrorismo y de corrupción llevados a cabo por personas que dicen servir a Dios? ¿Por qué parece que tantísimos problemas se deban a la religión?
La culpa no es de toda religión, solo de la religión falsa. Jesucristo, figura religiosa muy respetada, indicó que la religión falsa es la que produce mal fruto, tal como el “árbol podrido produce fruto inservible” (Mateo 7:15-17). ¿Qué fruto produce la religión falsa?

La religión falsa...

▪ ... SE ENTREMETE EN LAS GUERRAS Y LA POLÍTICA. “Tanto en Asia como en otros lugares —dice la revista Asiaweek—, líderes sedientos de poder están manipulando sin escrúpulos los sentimientos religiosos de la gente en provecho propio.” La misma revista añade que, debido a ello, “el mundo se está volviendo loco”. Un conocido líder religioso de Estados Unidos declaró: “Para que se detengan las matanzas, hay que matar a los terroristas”. Según él, la solución es esta: “Liquidarlos a todos en el nombre del Señor”. En cambio, la Biblia dice: “Si alguno hace la declaración: ‘Yo amo a Dios’, y sin embargo está odiando a su hermano, es mentiroso” (1 Juan 4:20). Jesús incluso dio este mandato:“Continúen amando a sus enemigos” (Mateo 5:44). ¿Cuántas religiones diría usted que envían a la guerra a sus fieles?

▪ ... ENSEÑA DOCTRINAS FALSAS. La mayoría de las religiones enseñan que el alma o espíritu es una parte invisible del ser humano que sobrevive a la muerte del cuerpo. Muchas religiones se valen de esta doctrina para aprovecharse de sus miembros, cobrándoles dinero por orar en favor de las almas de sus difuntos. Pero la Biblia enseña algo muy distinto: “El alma que peca... ella misma morirá” (Ezequiel 18:4). “Los vivos tienen conciencia de que morirán; pero en cuanto a los muertos, ellos no tienen conciencia de nada en absoluto.” (Eclesiastés 9:5.) Jesús enseñó que los muertos serán resucitados, algo que resultaría innecesario si el hombre tuviera un alma inmortal (Juan 11:11-25). ¿Enseña su religión que el alma no muere?

▪ ... TOLERA LA INMORALIDAD SEXUAL. En algunos países, hay confesiones religiosas que admiten la ordenación de homosexuales y lesbianas en su jerarquía y presionan a los gobiernos para que legalicen los matrimonios del mismo sexo. Incluso iglesias que condenan la inmoralidad sexual se han mostrado tolerantes con clérigos culpables de abuso sexual de menores. Pero ¿qué enseña la Biblia? Dice sin rodeos: “No se extravíen. Ni fornicadores, ni idólatras, ni adúlteros, ni hombres que se tienen para propósitos contranaturales, ni hombres que se acuestan con hombres [...] heredarán el reino de Dios”(1 Corintios 6:9, 10). ¿Ha oído usted de religiones que aprueben la inmoralidad sexual?

¿Qué les espera a las religiones que producen fruto podrido? Jesús advirtió: “Todo árbol que no produce fruto excelente llega a ser cortado y echado al fuego” (Mateo 7:19). Así es, la religión falsa será cortada y destruida. Pero ¿cómo y cuándo sucederá eso? Una visión profética que aparece en el libro bíblico de Revelación (Apocalipsis), capítulos 17 y 18, nos da la respuesta.

¿Cómo dejará de existir la religión falsa?

Imagínese la escena. Sobre el lomo de una bestia espantosa que tiene siete cabezas y diez cuernos monta una ramera (Revelación 17:1-4). ¿A quién representa? Esa mujer ejerce influencia “sobre los reyes de la tierra”, va vestida de púrpura, utiliza incienso y es extremadamente rica. Además, por sus prácticas espiritistas, “todas las naciones [son] extraviadas” (Revelación 17:18; 18:12, 13, 23). La Biblia nos ayuda a ver que esta ramera es una entidad religiosa mundial. No representa una sola religión, sino todas las religiones que producen fruto podrido.
La bestia, por su parte, simboliza las potencias políticas del mundo (Revelación 17:10-13).* Sobre ella va sentada la religión falsa, tratando de influir en sus decisiones y de dirigirla.

Pero pronto sucederá algo asombroso: “Los diez cuernos que viste, y la bestia salvaje, estos odiarán a la ramera y harán que quede devastada y desnuda, y se comerán sus carnes y la quemarán por completo con fuego” (Revelación 17:16). De manera súbita y espantosa, las potencias políticas del mundo atacarán a la religión falsa y la destruirán por completo. ¿A qué se deberá esa reacción? El libro bíblico de Revelación lo dice: “Dios puso en sus corazones llevar a cabo Su pensamiento” (Revelación 17:17). En efecto, Dios pedirá cuentas a la religión falsa por todos los actos infames que ha cometido en Su nombre. Además, obrando con perfecta justicia, utilizará a los amantes políticos de esa ramera simbólica como Su instrumento de ejecución.
¿Qué debe hacer usted para que no le suceda lo mismo que a la religión falsa? “Sálganse de ella, pueblo mío”, exhorta el mensajero de Dios (Revelación 18:4). Ahora es el momento de huir de la religión falsa. Pero ¿adónde? No al ateísmo, pues su futuro también es sombrío (2 Tesalonicenses 1:6-9). El único refugio está en la religión verdadera. ¿Cómo puede usted identificar la religión verdadera?

Cómo identificar la religión verdadera

¿Qué buen fruto debería producir la religión verdadera? (Mateo 7:17.)

La religión verdadera...

▪ ... MANIFIESTA AMOR. Los verdaderos siervos de Dios “no son parte del mundo”, no tienen prejuicios raciales ni culturales, y manifiestan “amor entre sí” (Juan 13:35; 17:16; Hechos 10:34, 35). En lugar de matarse unos a otros, están dispuestos a dar su vida por los demás (1 Juan 3:16).

▪ ... CONFÍA EN LA PALABRA DE DIOS. La religión verdadera no enseña ni ideas basadas en la “tradición” ni “mandatos de hombres”; sus doctrinas se basan en la Palabra de Dios, la Biblia (Mateo 15:6-9). ¿Por qué? Porque “toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa para enseñar, para censurar, para rectificar las cosas” (2 Timoteo 3:16).

▪ ... FORTALECE LOS VÍNCULOS FAMILIARES Y PROMUEVE ELEVADAS NORMAS MORALES. La religión verdadera exhorta a los esposos a “ama[r] a sus esposas como a sus propios cuerpos”, ayuda a la esposa a “tenerle profundo respeto a su esposo” y enseña a los hijos a ser “obedientes a sus padres” (Efesios 5:28, 33; 6:1). Además, quienes ocupan puestos de autoridad deben ser personas de una moralidad ejemplar (1 Timoteo 3:1-10).

¡Se acerca el fin de la religión falsa! (Sofonías 2:2, 3.)

Si deseas seguir leyendo sobre este tema lee las siguientes publicaciones:

http://wol.jw.org/es/wol/d/r4/lp-s/1203237

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