domingo, 27 de julio de 2014

¿ Qué es el Nuevo Orden Mundial?

A principios del siglo XX, se difundió la idea de que judíos y francmasones planeaban “acabar con la civilización cristiana y fundar un Estado mundial dirigido por un gobierno conjunto”. Una de las bases de tal creencia fue el impreso antisemítico Protocolos de los Sabios de Sión. En él se alegaba que este gobierno de coalición se proponía subir los impuestos de manera exorbitante; fomentar la fabricación de armamento, y alentar los grandes monopolios con el fin de ‘destruir las riquezas de los gentiles de un solo golpe’. Entre las acusaciones figuraban manipular el sistema educativo para ‘transformar a los gentiles en bestias irracionales’ y construir ferrocarriles subterráneos entre las principales ciudades con objeto de que, ‘en caso de levantarse cualquier opositor, los ancianos judíos pudieran aplastarlo con rapidez’.



El término Nuevo Orden Mundial ha sido utilizado por numerosos políticos a través de los tiempos, y es un término genérico utilizado para referirse a una conspiración mundial orquestada por un grupo extremadamente poderoso e influyente de individuos relacionados genéticamente (al menos en los niveles más altos), que incluye a muchas de las personas más ricas del mundo, los principales líderes políticos y la élite corporativa, así como miembros de la llamada Nobleza Negra de Europa (dominada por la Corona británica), cuya meta es crear un Gobierno (fascista) Uni-mundial, despojado de fronteras nacionalistas y regionales y que sea obediente a su agenda.


“Tendremos un gobierno mundial, les guste o no. La única pregunta es si ese gobierno se logrará mediante conquista o consentimiento” (Paul Warburg, 17 de febrero de 1950, según testificó ante el Senado de los Estados Unidos)

En 1992, el Dr. John Coleman publicó Conspirators Hierarchy: The Story of the Committee of 300 [La historia del Comité de los 300]. Gracias a una beca y mediante una investigación elogiable, el Dr. Coleman identifica a los jugadores y detalla con mucho cuidado la agenda de dominación y control mundial del Nuevo Orden Mundial. En la página 161 de este libro, el Dr. Coleman resume como sigue, con precisión la intención y el propósito del Comité de 300: “Un Gobierno del Mundo y un sistema monetario con una sola moneda, bajo una permanente oligarquía hereditaria cuyos miembros no son elegidos, sino que se eligen a sí mismos y en la forma de un sistema feudal, tal como lo fue en la Edad Media. En esta entidad uni-mundial, la población será limitada mediante restricciones en el número de hijos por familia, enfermedades, guerras, hambrunas, hasta que mil millones de personas que son útiles para la clase dominante, en las áreas que serán estricta y claramente definidas, permanecerán como la totalidad de la población mundial.

No habrá clase media, sólo gobernantes y los criados. Todas las leyes serán uniformes en virtud de un sistema legal de tribunales mundiales que pongan en práctica el mismo código unificado de las leyes, respaldado por una fuerza policial del Gobierno mundial y un ejército unificado mundial para hacer cumplir las leyes en todos los países de antaño donde no existirán fronteras nacionales. El sistema se asentará sobre la base de un estado de bienestar: los que sean obedientes y serviles al único Gobierno mundial serán recompensados con los medios para vivir, los que sean rebeldes simplemente se morirán de hambre o serán declarados fuera de la ley, por lo tanto un objetivo para cualquier persona que desee matarlos. La propiedad privada de armas de fuego o de armas de cualquier tipo será prohibida”.

Vea el siguiente video: https://www.youtube.com/watch?v=tPbcOEwMuCs#t=583

¿PERMITIRÁ JEHOVÁ QUE ESTO OCURRA?

“¡Quién tuviera un Isaías o un Pablo!”, exclamó pesaroso el presidente estadounidense Harry Truman en los años cuarenta del pasado siglo. ¿Por qué se expresó así? Porque percibía lo necesario que era contar con líderes morales del mayor calibre en el mundo de su tiempo. La humanidad acababa de atravesar el período más oscuro del siglo XX: la II Guerra Mundial. Aunque la contienda había finalizado, el mundo no estaba en paz. La oscuridad perduraba y, de hecho, todavía perdura sesenta y nueve años después del fin de aquella guerra. Si el presidente Truman estuviera vivo hoy, seguramente continuaría viendo la necesidad de contar con líderes morales del calibre de Isaías o del apóstol Pablo.

Lo supiera o no este mandatario, el apóstol Pablo se refirió a la oscuridad y previno contra ella en sus escritos. Por ejemplo, advirtió a sus hermanos en la fe: 
“Tenemos una lucha, no contra sangre y carne, sino contra los gobiernos, contra las
autoridades, contra los gobernantes mundiales de esta oscuridad, contra las fuerzas espirituales inicuas en los lugares celestiales” (Efesios 6:12). Con estas palabras no solo mostró que era consciente de la oscuridad espiritual que envolvía al mundo, sino que también conocía su verdadera fuente: las poderosas fuerzas demoníacas a las que llama “gobernantes mundiales”. Ya que estos espíritus poderosos son responsables de la oscuridad del mundo, ¿qué puede hacer el simple ser humano para disiparla?
 Isaías también habló de la oscuridad que aflige a la humanidad (Isaías 8:22; 59:9). Sin embargo, con respecto a nuestros días predijo bajo inspiración que incluso en estos tiempos de oscuridad, Jehová ofrecería brillantes perspectivas a los que amaran la luz. Si bien no tenemos con nosotros ni a Pablo ni a Isaías en persona, disponemos de la guía de sus escritos inspirados. A fin de entender lo valiosos que estos son para los que amamos a Jehová, analicemos las palabras proféticas del capítulo 60 del libro de Isaías.






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