viernes, 18 de julio de 2014

¿ Está bien burlarse del prójimo ?

Cuando “el conocimiento es cosa fácil”

¿Es la sabiduría una posesión de toda persona? Proverbios 14:6 dice:
“El burlador ha procurado hallar sabiduría, y no la hay; pero para el entendido el conocimiento es cosa fácil”. Aunque la persona burlona procure ser sabia, no puede conseguir la verdadera sabiduría. Como se mofa altivamente de las cosas de Dios, rechaza un elemento esencial para hallarla: el conocimiento exacto del Dios verdadero. Su orgullo y arrogancia impiden que aprenda de Dios y adquiera sabiduría (Proverbios 11:2). Entonces, ¿por qué se molesta en buscar la sabiduría? El proverbio no lo dice, pero quizás el burlador lo haga para que los demás piensen que es sabio.

“El conocimiento es cosa fácil” para el entendido. El entendimiento se define como la “facultad de conocer, comprender y juzgar las cosas”, “deducir otras de las que ya se conocen”. Es la capacidad de relacionar los diversos aspectos de un asunto y ver la cuestión en su totalidad, no solo las partes aisladas. El proverbio que estamos analizando dice que la persona que tiene esta facultad aprende fácilmente.

Reflexione en su propia experiencia respecto a adquirir conocimiento de las verdades bíblicas. Es muy posible que las primeras verdades que aprendió cuando empezó a estudiar la Biblia fueran las enseñanzas básicas sobre Dios, sus promesas y su Hijo. Al principio, usted comprendió estas enseñanzas por separado. Pero al progresar en sus estudios, las diferentes piezas empezaron a encajar y usted vio claramente cómo se relacionaban con el propósito global de Jehová para los seres humanos y la Tierra. Percibió que las verdades bíblicas son lógicas y están interrelacionadas. A partir de ese momento, se le hizo más fácil aprender y recordar nuevos detalles porque sabía dónde encajaban en el cuadro general.

El sabio rey nos advierte dónde no se puede hallar el conocimiento. “Vete de enfrentedel hombre estúpido —dice él—,
 porque ciertamente no notarás los labios delconocimiento.” (Proverbios 14:7.) El estúpido carece de conocimiento verdadero; sus labios no profieren conocimiento. El consejo es que nos alejemos de él, y es sabio que nos mantengamos alejados. “Al que está teniendo tratos con los estúpidos le irá mal.” (Proverbios 13:20.)

“La sabiduría del sagaz es entender su camino —prosigue Salomón—, pero la tontedadde los estúpidos es engaño.” (Proverbios 14:8.) El sabio reflexiona sobre sus acciones. Examina las opciones y medita sobre sus posibles consecuencias. Selecciona su camino con prudencia. ¿Y el estúpido? Escoge tontamente, creyendo que sabe lo que hace y que ha tomado la mejor decisión. Su tontedad lo engaña.


¿Pero que es la burla?


Acción, ademán o palabras con que se procura poner en ridículo o despreciar a personas o cosas. Hay varias palabras hebreas y griegas que expresan diversos grados de burla, cuya selección depende de los contextos. Por consiguiente, en la Biblia leemos que había quienes se mofaban, escarnecían, hacían gestos de desprecio y se reían o burlaban de otros.


"Cuando los hombres sufren burla no te rías a su costa para no provocar su odio" Cleóbulo de Lindos


Por lo general, la gente detesta a los burladores. (Pr 24:9.) Si estos no aceptan la reprensión, acabarán en desastre. (Pr 1:22-27.) Y ¡qué despreciables son aquellos que hacen escarnio de los pobres o de sus propios padres! (Pr 17:5; 30:17.) Los burladores a menudo rehúsan escuchar la reprensión (Pr 13:1) y no aman a los que los censuran. (Pr 9:7, 8; 15:12.) Sin embargo, se les tiene que disciplinar para el beneficio de los demás. (Pr 9:12; 19:25, 29; 21:11.) En lugar de asociarse con este tipo de personas, es mejor ahuyentarlas; son mucho más felices aquellos que no quieren sentarse con los burladores impíos. (Sl 1:1; Pr 22:10.)





Burla de los siervos de Dios.

Los siervos fieles de Jehová sufren todo tipo de burla injustificada: a Job se le acusó falsamente de escarnecer a otros (Job 11:3), cuando fue él el escarnecido, el burlado y el convertido en un hazmerreír por su proceder de integridad. (Job 12:4; 17:2; 21:3.) A David le hicieron escarnio y se mofaron de él. (Sl 22:7; 35:16.) De igual manera, Eliseo (2Re 2:23), Nehemías y los que estaban con él (Ne 2:19; 4:1), y muchos otros, “recibieron su prueba por mofas”. (Heb 11:36.) Cuando el rey Ezequías de Judá envió mensajeros por todas las ciudades de Efraín y Manasés para animar a sus habitantes a ir a Jerusalén y celebrar la Pascua, muchos hablaron de ellos con mofa y los escarnecieron. (2Cr 30:1, 10.) En realidad, así fue como trataron los apóstatas de las dos casas de Israel a los profetas y mensajeros de Dios hasta que la furia de Jehová cayó sobre ellos. (2Cr 36:15, 16.)


Jesús y sus discípulos fueron objeto de burla.


Durante su ministerio terrestre, Jesucristo, el Siervo y Profeta de Dios, fue objeto de gestos de desprecio, se rieron y burlaron de él, le trataron con insolencia y hasta le escupieron. (Mr 5:40; Lu 16:14; 18:32.) Los sacerdotes judíos y los gobernantes manifestaron un desprecio especialmente odioso. (Mt 27:41; Mr 15:29-31; Lu 23:11, 35.) Los soldados romanos se unieron a la mofa cuando se les entregó a Cristo. (Mt 27:27-31; Mr 15:20; Lu 22:63; 23:36.)


Las personas mal informadas y los no creyentes también se mofaron de los discípulos de Jesucristo. (Hch 2:13; 17:32.) Al hablar del desprecio que habían sufrido sus compañeros de fe a manos de los judíos, el apóstol Pablo acude al cuadro profético de tiempos antiguos según el cual, Isaac, a la edad de unos cinco años, fue despreciado por Ismael, su medio hermano de diecinueve años, quien por celos “se burlaba” de Isaac (le “embromaba”, CI, BC [nota: con burlas de mala ley]). (Gé 21:9.) Pablo da la aplicación profética diciendo: “Ahora bien, nosotros, hermanos, somos hijos pertenecientes a la promesa, así como Isaac lo fue. Pero tal como en aquel entonces el que nació a la manera de la carne se puso a perseguir al que nació a la manera del espíritu [Dios intervino para causar el nacimiento de Isaac], así también ahora”. (Gál 4:28, 29.) Más tarde, Pablo escribe: “De hecho, todos los que desean vivir con devoción piadosa en asociación con Cristo Jesús también serán perseguidos”. (2Ti 3:12.)


Aguantar la burla con el punto de vista apropiado.


 Jesucristo sabía desde el principio que tendría que enfrentarse a la burla y que esta continuaría hasta su muerte. Sin embargo, reconocía que en realidad el oprobio era contra Jehová, a quien representaba, lo que aún le resultaba más doloroso, pues ‘siempre había hecho las cosas que agradaban a su Padre’ (Jn 8:29), y además, estaba más interesado en la santificación del nombre de su Padre que en cualquier otra cosa. (Mt 6:9.) Por consiguiente, “cuando lo estaban injuriando, no se puso a injuriar en cambio. Cuando estaba sufriendo, no se puso a amenazar, sino que siguió encomendándose al que juzga con justicia”. El apóstol Pedro dice esto al exhortar a los cristianos, en particular a los esclavos, a no tomar represalias, pues Cristo es el ejemplo para ellos: un “dechado —dice Pedro— para que sigan sus pasos con sumo cuidado y atención”. (1Pe 2:18-23; Ro 12:17-21.)


Jeremías, un profeta de Dios, dijo en un determinado momento: “Vine a ser objeto de risa todo el día; todos me hacen escarnio”. Momentáneamente se debilitó y pensó en abandonar su obra profética, debido al oprobio y mofa incesantes. No obstante, reconoció que el escarnio venía por “la palabra de Jehová”, que resultó ser en su corazón como un fuego ardiente que era incapaz de contener. Por su fidelidad, Jehová estuvo con él “como un terrible poderoso”, lo que fortaleció a Jeremías para seguir sirviendo a Dios con lealtad. (Jer 20:7-11.)


Job mantuvo su integridad a pesar de mucha burla. No obstante, equivocó su punto de vista y cometió un error, por el que se le tuvo que corregir. Elihú dijo de él: “¿Qué hombre físicamente capacitado es como Job, que bebe el escarnio como agua?”. (Job 34:7.) A Job llegó a preocuparle demasiado su propia justificación más bien que la de Dios, y magnificó su justicia en lugar de la de Jehová. (Job 35:2; 36:24.) Consideró que la burla de la que era objeto por parte de sus tres “compañeros” iba dirigida a él, no a Dios. En este sentido era como el que bebe agua con placer, como el que permite ser objeto de escarnio y de burla y deriva placer de ello. Más tarde Dios le explicó que estos burladores en realidad (en el análisis final) hablaban falsedad contra Él. (Job 42:7.) De manera similar, cuando Israel pidió un rey, Jehová le dijo al profeta Samuel: “No es a ti a quien han rechazado, sino que es a mí a quien han rechazado de ser rey sobre ellos”. (1Sa 8:7.) Y Jesús dijo a sus discípulos: “Serán objeto de odio de parte de todas las naciones [no por causa de ustedes mismos, sino] por causa de mi nombre”. (Mt 24:9.) El tener estas cosas presentes le hará posible al cristiano aguantar la burla con la actitud apropiada y recibir una recompensa por su perseverancia. (Lu 6:22, 23.)


Los burlones de los “últimos días”.


Un segundo medio que Satanás usa para impedir que los cristianos reflejen la gloria de Dios es la burla. Una de las señales que marcarían los “últimos días” sería la presencia de “burlones [literalmente, “embromadores (en mofa)”] con su burla, procediendo según sus propios deseos [“sus propios deseos de cosas impías” (Jud 17, 18)] y diciendo: ‘¿Dónde está esa prometida presencia de él? Pues, desde el día en que nuestros antepasados se durmieron en la muerte, todas las cosas continúan exactamente como desde el principio de la creación’”. (2Pe 3:3, 4.) Es obvio que tales personas no prestan atención al consejo de Isaías 28:21, 22, donde se advierte del grave peligro que supone escarnecer a Jehová.


Los siervos de Jehová de la actualidad sufrimos el mismo maltrato. El apóstol Pedro indicó que, en realidad, se nos tildaría de “falsos profetas”. Predijo que “en los últimos días vendr[ían] burlones con su burla, procediendo según sus propios deseos y diciendo: ‘¿Dónde está esa prometida presencia de él? Pues [...] todas las cosas continúan exactamente como desde el principio de la creación’” (2 Pedro 3:3, 4). A los siervos de Dios se nos ridiculiza porque supuestamente vivimos de espaldas a la realidad. Las normas morales de la Biblia se consideran anticuadas, y muchos opinan que el mensaje que predicamos es una insensatez (1 Corintios 1:18, 19). Los cristianos podemos ser objeto de burlas en la escuela, en el empleo y, a veces, hasta en nuestra propia familia. Sin embargo, en vez de desanimarnos, seguimos reflejando la gloria de Jehová mediante nuestra predicación, pues, al igual que Jesús, sabemos que la Palabra de Dios es la verdad (Juan 17:17).


“La ley del sabio”, fuente de vida


“Un hijo es sabio donde hay la disciplina de un padre, pero el burlador es uno que no ha oído lareprensión”, señala Proverbios 13:1.


El burlador no responde a la disciplina. “Como piensa que sabe qué es lo mejor —dice una obra de consulta—, no acepta la enseñanza.” Ni siquiera responde a la reprensión, un tipo de disciplina más fuerte.

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