viernes, 18 de julio de 2014

LA MALDAD NACE DE LA IGNORANCIA

La raza humana imperfecta crece en número, y va dejando claro que “la inclinación del corazón del hombre [era] mala desde su juventud” (Génesis 8:21).

La inclinación al mal, si se deja a rienda suelta, engendra “fornicación, [...] enemistades, contiendas, celos, arrebatos de cólera, altercaciones, divisiones, sectas, envidias” y otras conductas destructivas que la Biblia califica de “obras de la carne” (Gálatas 5:19-21). Santiago lo describió muy bien: “Cada uno es probado al ser provocado y cautivado por su propio deseo. Entonces el deseo, cuando se ha hecho fecundo, da a luz el pecado; a su vez, el pecado, cuando se ha realizado, produce la muerte” (Santiago 1:14, 15).

El mal se nutre de la ignorancia

La experiencia del apóstol Pablo destaca una segunda razón por la cual la gente comete actos viles. Al momento de su muerte, él se había ganado la reputación de ser un hombre amable y cariñoso, que se entregó al servicio de sus hermanos en la fe (1 Tesalonicenses 2:7-9). Pero de más joven, cuando se le conocía por el nombre de Saulo, ‘respiraba amenaza y asesinato’ contra esa misma comunidad (Hechos 9:1, 2). ¿Por qué aprobó las vilezas que se cometían contra los primeros cristianos y participó en ellas? “Porque era ignorante”, responde él mismo (1 Timoteo 1:13). En efecto, Pablo tenía en aquel entonces “celo por Dios; mas no conforme a conocimiento exacto” (Romanos 10:2).
Al igual que Pablo, mucha gente sincera ha hecho cosas malas por no tener conocimiento exacto de la voluntad divina. Por ejemplo, Jesús advirtió a sus seguidores: “Viene la hora en que todo el que los mate se imaginará que ha rendido servicio sagrado a Dios” (Juan 16:2). Hoy, los testigos de Jehová han vivido en carne propia la verdad de esas palabras, pues en numerosos países han sido perseguidos y hasta ejecutados por personas que afirmaban servir a Dios. Lógicamente, tal celo mal dirigido no puede agradar al Dios verdadero (1 Tesalonicenses 1:6).

Vea el siguiente video: "Quién controla la educación controla el mundo" https://www.youtube.com/watch?v=jzHDt0y8oPw

Jesús indicó la razón principal por la que existe el mal. Dirigiéndose a los líderes religiosos que intentaban matarlo, sentenció: “Ustedes proceden de su padre el Diablo, y quieren hacer los deseos de su padre. Ese era homicida cuando principió” (Juan 8:44).

"Lávense; límpiense; quiten la maldad de sus tratos de enfrente de mis ojos; cesen de hacer lo malo" (Isaías 1:16)


¿Nos volvemos malos si cada día "la tele" nos hace más ignorantes?


El bien prospera con el conocimiento exacto

Adquirir conocimiento exacto de lo que están haciendo Jehová y Jesús para eliminar el mal puede evitar que una persona sincera apruebe sin saberlo actos de maldad o, peor aún, que luche “realmente contra Dios” (Hechos 5:38, 39). Jehová Dios está dispuesto a perdonar errores cometidos por ignorancia, como señaló en Atenas el apóstol Pablo: “Dios ha pasado por alto los tiempos de tal ignorancia; sin embargo, ahora está diciéndole a la humanidad que todos en todas partes se arrepientan. Porque ha fijado un día en que se propone juzgar la tierra habitada con justicia por un varón a quien ha nombrado, y ha proporcionado a todos los hombres una garantía con haberlo resucitado de entre los muertos” (Hechos 17:30, 31).

Pablo pudo comprobar por sí mismo que Jesús había sido levantado de entre los muertos, pues fue el propio Jesús resucitado quien habló con él y detuvo su acoso contra los primeros cristianos (Hechos 9:3-7). Pablo cambió cuando supo con exactitud cuáles eran los propósitos divinos, y se convirtió en una persona realmente buena, a imitación de Cristo (1 Corintios 11:1; Colosenses 3:9, 10). También predicó con afán las “buenas nuevas del reino” (Mateo 24:14). Jesús, durante los casi dos mil años transcurridos desde su muerte y resurrección, ha escogido de entre la humanidad a quienes, como Pablo, gobernarán con él en su Reino (Revelación 5:9, 10).

A lo largo del siglo pasado y hasta el día de hoy, los testigos de Jehová se han esmerado por cumplir la siguiente encomienda de su Amo: “Vayan, por lo tanto, y hagan discípulos de gente de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del espíritu santo, enseñándoles a observar todas las cosas que yo les he mandado” (Mateo 28:19, 20). Quienes respondan al mensaje bíblico pueden esperar vivir para siempre en la Tierra bajo el gobierno celestial de Cristo. Jesús dijo: “Esto significa vida eterna, el que estén adquiriendo conocimiento de ti, el único Dios verdadero, y de aquel a quien tú enviaste, Jesucristo” (Juan 17:3). No hay mayor bien que se pueda hacer al prójimo que ayudarle a obtener dicho conocimiento.

La persona que abraza las buenas nuevas del Reino manifiesta “amor, gozo, paz, gran paciencia, benignidad, bondad, fe, apacibilidad, autodominio” y otras cualidades, a pesar de estar cercada por la maldad (Gálatas 5:22, 23). Porque imita a Jesús, ‘no devuelve mal por mal a nadie’ (Romanos 12:17). En el plano personal, hace cuanto puede por seguir “venciendo el mal con el bien” (Romanos 12:21; Mateo 5:44)

Jehová no va a obligar a nadie a obedecer las buenas nuevas acerca de Jesús, pero sí le está dando a la gente la oportunidad de adquirir el conocimiento que conduce a la vida. Es vital que usted aproveche esta oportunidad ahora (Sofonías 2:2, 3). Si lo hace, aprenderá a afrontar cualquier mal que esté empañando su vida y, sobre todo, verá cómo Cristo derrotará la maldad para siempre (Revelación 19:11-16; 20:1-3, 10; 21:3, 4).

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