lunes, 21 de julio de 2014

Descubriendo a un demonio en Cuba ó como desenmascarar al "milagroso médico endemoniado cubano"

El "médico" de San Martín (fe y misterio o el misterio de la fe)

Vea el siguiente video y analicemos lo que hace este falso profeta cubano y aprenda a identificar a esos demonios que usan a los humanos: 


A los 5 segundos aparece el siguiente subtítulo "este documental no es apto para las personas sin fe". Veamos un poco ¿qué es la fe? Según la Biblia la fe es la expectativa segura de cosas esperadas, la demostración evidente de realidades aunque no se contemplan” (Heb. 11:1). La fe verdadera no es credulidad, es decir, el estar presto a creer algo sin que haya prueba sólida, o sencillamente porque uno quiera que así sea. La fe genuina requiere que se tenga conocimiento básico o fundamental, que se conozcan los hechos y que se muestre aprecio sincero, del corazón, por lo que los hechos indican. Así, aunque es imposible tener verdadera fe sin conocimiento exacto, la Biblia dice que es “con el corazón” con lo que se ejerce fe. (Rom. 10:10.)
¿A qué se debe que muchas personas no tengan fe?
La fe es un fruto del espíritu de Dios, y Dios se complace en dar su espíritu a los que lo buscan (Gál. 5:22; Luc. 11:13). Así, las personas que no tienen fe no están buscando ese espíritu, o lo buscan con el propósito incorrecto o luchan contra el funcionamiento de éste en su vida. Hay muchas cosas que influyen al respecto:
El no tener conocimiento bíblico

La Biblia es resultado del espíritu de Dios, pues fue inspirada por Dios (2 Tim. 3:16, 17; 2 Sam. 23:2). El no estudiar la Biblia impide el desarrollo de la fe verdadera. Aunque los miembros de diversas religiones tal vez tengan la Biblia, si se les han enseñado ideas de hombres en vez de lo que dice la Palabra de Dios no tendrán verdadera fe en Dios ni en Su propósito. Para resolver los problemas de la vida, tenderán a apoyarse en sus propias ideas y en las de otros seres humanos. (Compárese con Mateo 15:3-9.)

Se puede observar a lo largo del documental diversas imágenes religiosas de la santería católica y africana. Muchas personas creen que las imágenes religiosas son una ayuda para adorar a Dios. Pero ¿es correcta esa idea? Y sobre todo, ¿qué piensa Dios al respecto? Analicemos lo que enseña Su Palabra, la Santa Biblia. Los iconos y las imágenes religiosas son símbolos o representaciones que se emplean como objetos de veneración. Entre estos figuran cruces, estatuas, pinturas o cualquier cosa semejante a algo que esté en el cielo o en la Tierra.* A las banderas también se les rinde veneración. Desde hace miles de años, la humanidad ha utilizado tales objetos en su adoración. Por eso, cuando Dios entregó los Diez Mandamientos a la recién formada nación de Israel en 1513 antes de nuestra era, dejó claro su parecer sobre el uso de imágenes. Él dijo: “No debes hacerte una imagen tallada ni una forma parecida a cosa alguna que esté en los cielos arriba o que esté en la tierra debajo o que esté en las aguas debajo de la tierra. No debes inclinarte ante ellas ni ser inducido a servirlas, porque yo Jehová tu Dios soy un Dios que exige devoción exclusiva” (Éxodo 20:4, 5).

Dice ser "maestro de las 7 cruces", sinceramente no sé que significa, pero más adelante afirma ser santero. En reiteradas ocasiones relata de hablar con muertos. Estos muertos le dicen "trabaja para nosotros o nosotros te matamos".

¿Con quién se comunican en realidad los que tratan de hablar con los muertos?

 La verdad acerca de la condición de los muertos se expresa claramente en la Biblia. Pero ¿quién trató de engañar a la primera pareja humana en cuanto a la muerte? Satanás contradijo la advertencia de Dios de que la desobediencia resultaría en muerte (Gén. 3:4; Rev. 12:9). Por supuesto, con el tiempo se hizo patente que los seres humanos sí morirían, como Dios lo había dicho. Entonces, según lo que es razonable pensar, ¿quién fue el responsable de inventar la idea de que los seres humanos realmente no mueren, sino que una parte del hombre, la cual es espíritu, sobrevive a la muerte del cuerpo? Dicho engaño cuadra bien con Satanás el Diablo, a quien Jesús describió como “el padre de la mentira”. (Juan 8:44; véase también2 Tesalonicenses 2:9, 10.) El creer que los muertos están en realidad vivos en otra región y que podemos comunicarnos con ellos no ha beneficiado a la humanidad. Al contrario, Revelación 18:23 dice que, por medio de las prácticas espiritistas de Babilonia la Grande, “todas las naciones fueron extraviadas”. La práctica espiritista de ‘hablar con los muertos’ es en realidad un engaño que puede poner a las personas en comunicación con los demonios (ángeles convertidos en seres egoístas que se rebelaron contra Dios) y en muchos casos resulta en que la persona oiga voces que no quiere oír y sea atormentada por tales espíritus inicuos.

¿Es perjudicial buscar remedios o protección por medios espiritistas?

Gál. 5:19-21: “Las obras de la carne son manifiestas, y son: fornicación, inmundicia, conducta relajada, idolatría, práctica de espiritismo [...] En cuanto a estas cosas, les estoy avisando de antemano, de la misma manera que ya les avisé, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.” (El que alguien recurra al espiritismo por ayuda significa que cree las mentiras de Satanás en cuanto a la muerte; busca el consejo de personas que procuran obtener poder de Satanás y sus demonios. Tal persona se identifica así con los que son enemigos declarados de Jehová Dios. El que persiste en tal proceder en vez de recibir ayuda verdadera se acarrea perjuicio duradero.)

Luc. 9:24: “El que quiera salvar su alma [o vida] la perderá; pero el que pierda su alma por causa de mí [por ser seguidor de Jesucristo] es el que la salvará.” (Si alguien deliberadamente viola los mandamientos que se presentan con claridad en la Palabra de Dios por querer proteger o conservar su vida presente, pierde la perspectiva de vida eterna. ¡Qué insensatez!)

2 Cor. 11:14, 15: “Satanás mismo sigue transformándose en ángel de luz. No es, por lo tanto, gran cosa si sus ministros también siguen transformándose en ministros de justicia.” (Por eso no debemos dejarnos engañar cuando algunas de las cosas que se hacen por medios espiritistas parezcan resultar en algún beneficio temporero.)

¿Es prudente recurrir a prácticas espiritistas para enterarse de lo que encierra el futuro, o para asegurar el éxito de cierta empresa?

Isa. 8:19: “En caso de que les digan a ustedes: ‘Recurran a los mediums espiritistas o a los que tienen espíritu de predicción que están chirriando y profiriendo expresiones en tonos bajos,’ ¿no es a su Dios a quien debe recurrir cualquier pueblo?”
Lev. 19:31: “No se vuelvan a los mediums espiritistas, y no consulten a pronosticadores profesionales de acontecimientos, para hacerse inmundos por medio de ellos. Yo soy Jehová el Dios de ustedes.”

2 Rey. 21:6: “[El rey Manasés] practicó la magia y buscó agüeros e hizo mediums espiritistas y pronosticadores profesionales de sucesos. Hizo en gran escala lo que era malo a los ojos de Jehová, para ofenderlo.” (Dichas prácticas espiritistas en realidad implicaban el recurrir a Satanás y sus demonios por ayuda. No es sorprendente que esto haya sido “malo a los ojos de Jehová”, y que Jehová castigara severamente a Manasés debido a ello. Pero cuando este se arrepintió y abandonó tales prácticas malas, recibió la bendición de Jehová.

Deu. 18:10-12: “No debería hallarse en ti nadie que [...] emplee adivinación, practicante de magia ni nadie que busque agüeros ni hechicero, ni uno que ate a otros con maleficio ni nadie que consulte a un médium espiritista o a un pronosticador profesional de sucesos ni nadie que pregunte a los muertos. Porque todo el que hace estas cosas es algo detestable a Jehová.” (Mediante la adivinación se procura descubrir conocimiento oculto o predecir sucesos, no como resultado de la investigación, sino mediante la interpretación de agüeros o mediante la ayuda de poderes sobrenaturales.

Jehová prohibió tales prácticas entre sus siervos. ¿Por qué? Todas estas prácticas son una invitación para comunicarse con espíritus inmundos, o demonios, o para dejar que estos se apoderen de uno. El participar en tales cosas constituiría un acto de infidelidad crasa para con Jehová.)
Hech. 16:16-18: “Nos encontró cierta sirvienta que tenía un espíritu, un demonio de adivinación. Proporcionaba ella mucha ganancia a sus amos practicando el arte de la predicción.” (Obviamente, nadie que amara la justicia consultaría tal fuente de información, fuera que tuviera intenciones serias o que estuviera haciéndolo simplemente como juego. Pablo se cansó de oírla clamar, y ordenó al espíritu que saliera de ella.)

¿Pueden los espíritus inicuos adoptar forma humana?

En los días de Noé, ángeles desobedientes adoptaron forma humana. De hecho, se casaron y engendraron hijos (Gén. 6:1-4). No obstante, cuando vino el Diluvio aquellos ángeles se vieron obligados a regresar a la región de los espíritus. Respecto a ellos,Judas 6 dice: “A los ángeles que no guardaron su posición original, sino que abandonaron su propio y debido lugar de habitación, los ha reservado con cadenas sempiternas bajo densa oscuridad para el juicio del gran día.” No solo los colocó Dios en una posición inferior con relación a los privilegios que antes tenían en el cielo y los asignó a una oscuridad densa respecto a Sus propósitos, sino que los restringió, como lo indica el que se haga referencia a cadenas. ¿En qué sentido los restringió? Evidentemente en el sentido de que no podían adoptar cuerpos físicos para tener relaciones sexuales con mujeres, como lo habían hecho antes del Diluvio. La Biblia informa que hasta el primer siglo E.C. ángeles fieles, como mensajeros de Dios, se materializaron para efectuar sus deberes. Pero después del Diluvio los ángeles que habían hecho mal uso de sus dones se vieron privados de poder adoptar forma humana.
Sin embargo, es interesante notar que parece que los demonios pueden hacer que los seres humanos vean visiones, y lo que ellos ven puede parecer real. Cuando tentó a Jesús, evidentemente el Diablo usó tales medios para mostrarle “todos los reinos del mundo y su gloria”. (Mat. 4:8.)

En el minuto 1:46 relata que el muerto haitiano se reencarnó en él desde que este era niño.

¿Qué diferencia hay entre la reencarnación y la esperanza que se da en la Biblia?

Reencarnación: De acuerdo con esta creencia, cuando una persona muere, el alma, el “verdadero yo”, pasa a otra existencia mejor si el individuo ha llevado una vida buena y correcta, pero posiblemente a una existencia como animal si su vida se ha inclinado más a lo malo que a lo bueno. Se cree que cada vez que la persona renace vuelve a este mismo sistema de cosas, donde se encara a más sufrimiento y, finalmente, a la muerte. Los ciclos de renacimiento se consideran casi interminables. ¿Es un futuro como ese lo que realmente le espera a usted? Algunas personas creen que el único modo de escapar es suprimir todo deseo de las cosas que son agradables a los sentidos. ¿A qué escapan? A lo que algunos describen como vida inconsciente.

Biblia: De acuerdo con la Biblia, el alma es la persona completa. Aunque una persona haya hecho cosas malas en el pasado, si se arrepiente y cambia de proceder, Jehová Dios la perdona (Sal. 103:12, 13). Cuando la persona muere, nada sobrevive. La muerte es como dormir profundamente sin soñar. Habrá una resurrección de los muertos. Esto no es una reencarnación, sino un traer de vuelta a la vida la misma personalidad (Hech. 24:15). Para la mayoría de la gente, su resurrección será para vivir en la Tierra. Tendrá lugar después que Dios ponga fin al sistema inicuo actual. Las enfermedades, el sufrimiento, hasta el tener que morir, llegarán a ser cosas del pasado (Dan. 2:44; Rev. 21:3, 4).

EL MEDICO CUBANO NO ES OTRA COSA QUE POSESIÓN DEMONIACA

Control e influencia que mantiene a una persona cautiva a un espíritu inicuo invisible. En tiempos bíblicos, los endemoniados se veían afligidos de diversas maneras: algunos quedaban mudos, otros padecían ceguera o actuaban como si estuviesen locos, y algunos poseían una fuerza sobrehumana. Todos eran maltratados de forma perversa por estos tiranos invisibles. (Mt 9:32; 12:22; 17:15; Mr 5:3-5; Lu 8:29; 9:42; 11:14; Hch 19:16.) Entre sus víctimas había hombres, mujeres y niños. (Mt 15:22; Mr 5:2.) Algunas veces la persona estaba poseída al mismo tiempo por muchos demonios, lo que agravaba su aflicción. (Lu 8:2, 30.) Cuando se expulsaba al demonio, la persona volvía a un estado mental normal y sano. Existe una diferencia entre la posesión demoniaca y la enfermedad o dolencia física común, pues Jesús curó ambos tipos de males. (Mt 8:16; 17:18; Mr 1:32, 34.)

Algunos de los mayores milagros de Jesús consistieron en librar del cautiverio demoniaco a personas que se hallaban poseídas, pues los demonios no tenían poder contra él. No obstante, no todas las personas estaban contentas porque expulsaba demonios. Los fariseos lo acusaron de estar asociado con el gobernante de los demonios, Beelzebub, cuando en realidad, como el propio Jesús indicó, ellos eran la prole del Diablo. (Mt 9:34; 12:24; Mr 3:22; Lu 11:15; Jn 7:20; 8:44, 48-52.) Jesús conocía la fuente de su poder sobre los demonios, y reconoció públicamente que era el espíritu santo de Jehová. (Mt 12:28; Lu 8:39; 11:20.) Los mismos demonios reconocieron la identidad de Jesús y le llamaron “Hijo de Dios”, “el Santo de Dios” y “Jesús, Hijo del Dios Altísimo”. (Mt 8:29; Mr 1:24; 3:11; 5:7; Lu 4:34, 41; Hch 19:15; Snt 2:19.) Sin embargo, Jesús no permitió en ninguna ocasión que testificasen a su favor. (Mr 3:12.) No obstante, a un hombre que había sido librado del poder de los demonios le animó a que comunicara a sus familiares ‘todas las cosas que Jehová había hecho por él’. (Mr 5:18-20.)

Jesús también otorgó autoridad sobre los demonios a sus 12 apóstoles, y más tarde a los 70 que envió, de manera que ellos también podían curar a los endemoniados en el nombre de Jesús. (Mt 10:8; Mr 3:15; 6:13; Lu 9:1; 10:17.) Incluso un hombre que no iba con Jesús y sus apóstoles pudo expulsar a un demonio sobre la base del nombre deJesús. (Mr 9:38-40; Lu 9:49, 50.) Los apóstoles mantenían este poder después de la muerte de Jesús. Pablo expulsó un “demonio de adivinación” de una sirvienta, aunque aquello encolerizó mucho a sus dueños debido a que amaban el dinero. (Hch 16:16-19.) Pero cuando ciertos impostores, los siete hijos del sacerdote Esceva, intentaron expulsar a un demonio en el nombre de “Jesús a quien Pablo predica”, el hombre poseído logró dominar a los siete, de modo que huyeron heridos y desnudos. (Hch 19:13-16.)

A veces la conducta salvaje y desenfrenada de ciertos desequilibrados mentales se debe a que están poseídos por estos invisibles secuaces de Satanás. En algunas ocasiones se ha informado de médium espiritistas que expulsan esos demonios, lo que recuerda las palabras de Jesús: “Muchos me dirán en aquel día: ‘Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios [...]?’. Y sin embargo, entonces les confesaré: ¡Nunca los conocí!”. (Mt 7:22, 23.) Por lo tanto, hay razones apremiantes para que prestemos atención al consejo: “Sean vigilantes” y “pónganse la armadura completa que proviene de Dios para que puedan estar firmes contra las maquinaciones del Diablo” y sus demonios. (1Pe 5:8; Ef 6:11.)

¿ Cómo distinguir un verdadero profeta de uno falso? 

Si bien es cierto que en algunos casos, como los de Moisés, Elías, Eliseo y Jesús, los profetas de Dios hicieron obras milagrosas que dieron prueba fehaciente de la autenticidad de su mensaje y comisión de profetas, no hay registro de que todos las realizasen. Los tres elementos esenciales para demostrar las credenciales de un profeta verdadero eran según la ley dada a Moisés: el profeta verdadero hablaría en el nombre de Jehová, las predicciones se cumplirían (Dt 18:20-22) y sus profecías fomentarían la adoración verdadera y estarían en conformidad con la palabra y los mandamientos revelados de Dios. (Dt 13:1-4.) Este último era probablemente el más importante y decisivo, pues alguien podría usar hipócritamente el nombre de Dios y su predicción podía cumplirse por coincidencia. Pero el profeta verdadero no era simplemente un pronosticador, ni tampoco era esa su labor principal, como ya se ha mostrado. Más bien, su función era defender la justicia, y su mensaje trataba principalmente de normas morales y su aplicación. Él expresaba las normas de Dios en cuanto a diversos asuntos. (Isa 1:10-20; Miq 6:1-12.) Por consiguiente, no era necesario esperar años o generaciones para determinar si el profeta era verdadero o falso sobre la base del cumplimiento de su predicción. Su mensaje era falso si contradecía la voluntad y las normas que Dios había revelado. Por ello, si un profeta predecía paz para Israel o Judá en un tiempo en que el pueblo desobedecía la Palabra y la ley de Dios, forzosamente tenía que ser falso. (Jer 6:13, 14; 14:11-16.)

La advertencia posterior de Jesús con respecto a los falsos profetas estaba en consonancia con la que dio Moisés. Aunque emplearan su nombre e hicieran “señales y prodigios para descarriar”, sus frutos demostrarían que eran “obradores del desafuero”. (Mt 7:15-23; Mr 13:21-23; compárese con 2Pe 2:1-3; 1Jn 4:1-3.)

El profeta verdadero nunca predecía con la única finalidad de satisfacer la curiosidad humana. Todas sus predicciones tenían que ver con la voluntad, el propósito, las normas o el juicio de Dios. (1Re 11:29-39; Isa 7:3-9.) Los acontecimientos que predecía para el futuro solían ser la consecuencia de las condiciones existentes: tal como las personas sembraran, así segarían. Los falsos profetas calmaban al pueblo y a sus líderes con promesas tranquilizadoras de que, a pesar de su proceder injusto, Dios todavía estaba con ellos para protegerlos y darles prosperidad. (Jer 23:16-20; 28:1-14; Eze 13:1-16; compárese con Lu 6:26.) Su lenguaje y acciones simbólicas imitaban los de los profetas verdaderos. (1Re 22:11; Jer 28:10-14.) Aunque algunos fueron unos impostores, muchos probablemente eran profetas que con el tiempo habían desobedecido o apostatado. (Compárese con 1Re 18:19; 22:5-7; Isa 28:7; Jer 23:11-15.) También había mujeres que eran falsas profetisas. (Eze 13:17-23; compárese con Rev 2:20.) Lo que había sucedido es que un “espíritu de inmundicia” había reemplazado el espíritu de Dios. Debía darse muerte a todos esos falsos profetas. (Zac 13:2, 3; Dt 13:5.)

En el caso de aquellos que estaban a la altura de las normas divinas, el cumplimiento de ciertas profecías suyas “de corto alcance”, algunas de las cuales se realizaron simplemente al cabo de un día o de un año, dio base para confiar en que también se cumplirían sus profecías para el futuro más distante. (1Re 13:1-5; 14:12, 17; 2Re 4:16, 17; 7:1, 2, 16-20.)

LA BIBLIA LE CAMBIÓ SU VIDA

DE MÉDIUM ESPIRITISTA A CRISTIANA VERDADERA
  Nursiah era lo que los bataks llaman ḍukun, es decir, una hechicera. Se valía de las artes mágicas para hacer curaciones, expulsar malos espíritus y comunicarse con supuestos difuntos. Ganaba mucho dinero de esta manera y, pese a sus prácticas ocultistas, era muy respetada en la iglesia protestante a la que pertenecía.

  Un día, los testigos de Jehová le enseñaron el nombre de Dios, y eso le causó un gran impacto (Salmo 83:18). Más tarde leyó en la Biblia que muchos de los que se hicieron cristianos en el siglo primero habían dejado sus artes mágicas y quemado sus libros de espiritismo a fin de servir a Dios de la manera correcta (Hechos 19:18, 19). Pese a la intensa oposición, decidió seguir el ejemplo de ellos con la confianza de que, tal como dijo Jesús, la verdad la libertaría (Juan 8:32).

  Hoy día, tanto Nursiah como su hijo Besli son Testigos bautizados, y su esposo, Nengku, los acompaña todas las semanas a las reuniones. “Desde que sirvo a Jehová, mi vida ha cambiado para bien —admite Nursiah—. Cuando era ḍukun tenía sed de la verdad, pero ahora me siento realmente satisfecha.”

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