martes, 3 de junio de 2014

EN BUSCA DE LA VERDAD

UN GRUPO DE PERSONAS BUSCA LA VERDAD. En una aldea de Madagascar, 80 habitantes decidieron abandonar la Iglesia Nacional Protestante. Construyeron un templo y se pusieron a analizar cada una de las religiones que había a su alrededor para hallar la verdadera. Llegaron a la conclusión de que los católicos no estudiaban la Biblia y de que la Iglesia Luterana estaba dividida. Les pareció que los pentecostales no enseñaban la verdad y que los adventistas del séptimo día tenían demasiados tabúes. Entonces abordaron a un Testigo y le pidieron clases bíblicas, petición a la que el hermano accedió de inmediato.
Unos cuantos publicadores hicieron planes para visitarlos. Al llegar, encontraron en el templo a veintiséis personas deseosas de escuchar información bíblica. Con la ayuda del capítulo 15 del libro Enseña, los hermanos explicaron cómo hallar la religión que Dios aprueba, y el público quedó satisfecho con lo que aprendió. En la segunda visita, la cantidad de asistentes aumentó a 73, y en la tercera a 142.






NADIE LLAMÓ A SU PUERTA. Míriam, quien vive en Bolivia, estuvo orando a Dios durante una semana: “Permíteme conocerte, pero no me envíes a los testigos de Jehová. No quiero que llamen a mi puerta”.
Esa misma semana, Míriam recibió una llamada telefónica. Era Candy, una precursora especial que se ofreció a llevarle las revistas en una hora, y ella aceptó. En menos de lo convenido, la hermana llegó a la casa. Míriam le abrió la puerta con brusquedad y le dijo que entrara y se sentara. Entonces, molesta, comenzó a caminar de un lado a otro negando con la cabeza. Cuando Candy le preguntó qué le pasaba, la mujer contestó: “¡No puede ser! Por más de una semana le he estado orando a Dios para que me dé su guía y dirección, pero le dije específicamente que no quería la ayuda de los testigos de Jehová, que siempre están llamando a mi puerta. Entonces, usted me habla por teléfono en lugar de llamar a la puerta. Desde ese momento le estuve pidiendo a Dios que le impidiera llegar. Y aquí está. ¡Es increíble! Está claro que su voluntad es que ustedes, los testigos de Jehová, me ayuden”. De inmediato comenzó a estudiar.



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