martes, 10 de junio de 2014

¿Cómo puedo dejar las drogas?


“Limpiémonos de todo lo que pueda contaminar nuestro cuerpo.” (2 Corintios 7:1NuevaTraducción Viviente)

 El inspector general de sanidad de los Estados Unidos, C. Everett Koop, dijo: “Se ha identificado claramente el fumar cigarrillos como la principal causa evitable de muerte en nuestra sociedad” (The New York Times, 23 de febrero de 1982, pág. A1). “Estudios médicos muestran que [...] la expectativa media de vida del fumador es de tres a cuatro años menos que la de la persona que no fuma. La expectativa de vida del fumador empedernido —el que fuma dos o más cajetillas de cigarrillos al día— puede ser hasta de ocho años menos que la de la persona que no fuma” (The WorldBook Encyclopedia, 1984, tomo 17, pág. 430). ¿Es correcto que una persona presente su vida para servir a Dios y luego la destruya lentamente?
  “El fumar es tan devastador, especialmente para el corazón y los pulmones, que los demás aspectos de la medicina preventiva se hacen comparativamente insignificantes si la persona fuma” (Servicio de Noticias de la Universidad del Sur de California, 18 de febrero de 1982). “El fumar es probablemente la mayor causa individual evitable de la mala salud en el mundo” (Dr. H. Mahler, director general de la Organización Mundial de la Salud, en World Health, febrero/marzo de 1980, pág. 3). ¿Es consecuente el que una persona se presente a Dios para rendirle servicio sagrado y luego arruine deliberadamente su salud?
El fumar es una violación del requisito divino de que amemos a nuestro prójimo

  Sant. 2:8: “Tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo.” (Compárese con Mateo 7:12.)

¿Usas alguna droga? ¿Sientes que estás tan enganchado que no puedes dejarla? Probablemente sabes que está haciendo muchísimo daño a tu mente y a tu cuerpo. Y quizás hayas tratado de cortar con el hábito, pero no lo has logrado. Si es así, no te des por vencido. Otros lo han conseguido, y sin duda tú también puedes. Veamos qué hicieron para dejar el vicio tres personas con distintos antecedentes.
NOMBRE Marta
MI PASADO Cuando nací, mi madre estaba soltera, así que mi hermana y yo nos criamos sin mi padre. A los 12 años empecé a ir a las discotecas con una tía mía a la que le encantaba bailar. Yo era bien extrovertida y no tardé en relacionarme con gente que tenía malas costumbres. A los 13 años comencé a probar drogas, entre ellas la cocaína. Aunque al principio me gustaba, luego comencé a sufrir alucinaciones y ataques de pánico. Cuando los efectos de las drogas se iban, tenía ideas suicidas. Quería dejar las drogas, pero no tenía fuerza de voluntad.
CÓMO DEJÉ LAS DROGAS Comencé a ir a la iglesia y a pensar en Dios, pero cada vez estaba más deprimida. Con 18 años me fui a vivir con mi novio, y tuvimos un bebé, pero con el tiempo rompimos. Yo quería cambiar, pues deseaba darle a mi hijo una vida mejor. Cierto día vino a visitarme una vieja amiga mía que ahora vivía enfrente de mi casa. Cuando me preguntó cómo estaba, me desahogué con ella. Entonces me contó que se había hecho testigo de Jehová y se ofreció a enseñarme acerca de la Biblia.
Aprendí que mi estilo de vida no le agradaba a Dios y que tenía que dejar de fumar y de usar drogas. Pero se me hizo cuesta arriba. Yo quería tener una buena relación con Jehová, así que le rogaba a diario, una y otra vez, que me ayudara (Proverbios 27:11). Tras pasar seis meses estudiando con los Testigos y yendo a sus reuniones, logré dejar las drogas. Hoy día, mi vida tiene sentido. Ya no estoy deprimida todo el tiempo. Me casé con un hombre maravilloso que comparte mis creencias, y mi hijo se ha criado en un ambiente cristiano. Estoy muy agradecida de que Jehová haya escuchado mis oraciones y me haya ayudado.


La composición del humo

  El humo del cigarrillo contiene alquitrán, el cual se compone de más de cuatro mil sustancias químicas, 43 de ellas cancerígenas. Entre estas figuran el cianuro, el benceno, el alcohol metílico y el acetileno (combustible utilizado en algunos sopletes). El humo también contiene óxido de nitrógeno y monóxido de carbono, ambos gases tóxicos. Su principal ingrediente activo, la nicotina, es una droga de gran poder adictivo.

  Puros. Se fabrican con tabaco picado envuelto en hojas de tabaco o de papel hecho de esta misma planta. El tabaco ligeramente alcalino del puro —en comparación con el tabaco ácido del cigarrillo— posibilita la absorción de nicotina por la boca aun cuando el puro no esté encendido.

¿Qué puede decirse de las pipas y los puros? Aunque las tabacaleras llevan mucho tiempo presentándolos como símbolos de prestigio, su humo es tan mortífero como el del cigarrillo. Hasta si el fumador no lo inhala, corre mayor peligro de padecer cáncer en los labios, la boca o la lengua.

Si estás tratando de dejar de fumar, no te engañes: una simple probadita puede llevarte a volver al vicio (Jeremías 17:9).

NOMBRE Marcio
MI PASADO Me crié a las afueras de Santo André, una ciudad muy poblada en el estado de São Paulo (Brasil). Desde muy joven empecé a fumar, a usar drogas y a robar, pues varios de mis amigos eran ladrones de autos y traficantes de droga. Uno de ellos les regalaba droga a los jóvenes de la zona y así, cuando estos se enganchaban, venían a comprársela.
La policía se pasaba todo el día patrullando el vecindario. Me detuvieron varias veces por faltas menores, y una vez como sospechoso de tráfico de droga. A menudo permitía que una banda usara mi casa para esconder armas y artículos robados.
La gente me tenía miedo. Y no era para menos: andaba todo el tiempo con cara de pocos amigos, casi nunca sonreía y siempre tenía los ojos rojos, inyectados en sangre. Me llamaban Tifón porque a donde iba arrasaba con todo. Además me emborrachaba y llevaba una vida inmoral. Ni mi vida ni la de mis amigos era feliz: muchos terminaron muertos o entre rejas, y yo llegué a estar tan deprimido que una vez amarré una cuerda en un árbol y traté de ahorcarme.
CÓMO DEJÉ LAS DROGAS Le pedí a Dios que me ayudara. Con el tiempo conocí a los testigos de Jehová y empecé a estudiar la Biblia con ellos. Aprendí que el nombre de Dios es Jehová y que él se interesa por quienes tratan de seguir sus normas (Salmo 83:18; 1 Pedro 5:6, 7). Tenía que hacer muchos cambios. Y aunque suene increíble, uno de los que más me costaron fue aprender a sonreír.
Le oré mucho a Jehová y traté de aplicar los consejos bíblicos. Así que dejé de ir a los bares y de juntarme con mis antiguos “amigos”. Ahora prefiero estar con personas que siguen las normas bíblicas. La verdad es que se me hizo muy difícil cambiar, pero lo logré: ya no robo ni me meto en problemas. Y hace más de una década que estoy limpio de las drogas.


Se envician jóvenes

  Según un estudio realizado en Estados Unidos, 1 de cada 4 jóvenes que probaron los cigarrillos acabó volviéndose adicto, una proporción parecida a la de quienes experimentaron con cocaína y heroína. Aunque cerca del setenta por ciento de los fumadores adolescentes lamentan haberse iniciado, pocos logran deshabituarse.

El tabaco sin humo —por ejemplo, el que se masca— puede tener más nicotina que los cigarrillos y contiene unas veinticinco sustancias cancerígenas que incrementan el riesgo de sufrir cáncer en la garganta y en la boca.

NOMBRE Craig
MI PASADO Pasé la niñez en una granja en el estado de Australia Meridional. Mi papá era alcohólico, así que mis padres se separaron cuando yo tenía ocho años. Mi madre se volvió a casar, y viví con ella hasta los 17. Aprendí a esquilar ovejas y empecé a vivir con cuadrillas de esquiladores que estaban siempre viajando de un lado a otro buscando trabajo. Comencé a probar drogas y a beber mucho alcohol. Me dejé crecer el cabello, me lo trencé y lo decoré con unas bolitas. Con el tiempo, me convertí en una persona agresiva, envidiosa y grosera. Más de una vez terminé en la cárcel.
Me mudé a un pequeño pueblo de Australia Occidental con mi novia, quien trabajaba sirviendo copas en el bar de un hotel. Los dos bebíamos, fumábamos drogas y teníamos nuestra propia plantación de marihuana.
CÓMO DEJÉ LAS DROGAS Cierto día, después de que habíamos terminado de cosechar marihuana, los testigos de Jehová llamaron a la puerta de nuestra descuidada y vieja casa. Aunque los escuché, no acepté enseguida lo que me dijeron. Quería comprobar por mí mismo que la Biblia dice la verdad, y con el tiempo me convencí. Entonces decidí arreglar mi vida, tratando de resolver mis problemas uno a uno.
Lo primero que tenía que hacer era dejar la marihuana y deshacerme de mi plantación. Como había trabajado mucho en ella, al principio pensé dársela a alguien. Pero luego me di cuenta de que no era una buena idea, de modo que la destruí. La oración me ayudó mucho a vencer mi adicción a las drogas y el alcohol. Le pedí a Dios que me diera fuerzas para ganar esta batalla. Además, dejé las malas amistades. A medida que ponía en práctica los principios bíblicos, fui desarrollando la fortaleza emocional que necesitaba para corregir mis defectos. Mi novia también estudió la Biblia y cambió sus hábitos y estilo de vida. Más tarde nos casamos. Desde entonces han pasado veintiún años. Hoy disfrutamos de mejor salud y tenemos el placer de criar dos hijos. ¡Qué habría sido de mí sin la ayuda de Jehová!
Texto bíblico clave
“Jehová es mi fuerza y mi poderío.” (Isaías 12:2)
Una sugerencia
Procura alejarte de las personas, lugares u objetos que tengan que ver con las drogas. Algunos estudios demuestran que el simple hecho de verlos alimenta el deseo de volver al vicio.


¿Sabías esto?
Las drogas afectan el funcionamiento del cerebro.
¡Manos a la obra!
Si tengo una recaída, haré esto: ․․․․․
¿Qué quiero preguntarle a mi padre o a mi madre sobre este tema? ․․․․․
Y tú, ¿qué piensas?
● Si alguien quiere dejar las drogas, ¿por qué tiene que hacer cambios radicales en su estilo de vida?
● ¿Cómo puede serle de ayuda estudiar la Biblia y aprender acerca de Dios?


No hay comentarios.:

Publicar un comentario