Si
ganamos menos que antes o hemos perdido nuestra fuente de ingresos,
no sería raro que nos invadieran sentimientos negativos. Claro está, es
normal preocuparse hasta cierto punto. Sin embargo, un sabio advirtió:
“¿Te has mostrado desanimado en el día de la angustia? Tu poder será
escaso” (Proverbios 24:10).
Así que, ante las dificultades económicas, en vez de dejarnos dominar
por el pánico, necesitamos buscar “sabiduría práctica” en la Palabra de
Dios (Proverbios 2:7).
Aunque
la Biblia no es un manual de economía, ofrece consejos prácticos que
han ayudado a millones de personas por todo el mundo a arreglárselas con
menos. Veamos algunos principios bíblicos pertinentes.
Calcule los gastos. Fíjese en el consejo de Jesús citado en Lucas 14:28: “¿Quién de ustedes que quiere edificar una torre no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo suficiente para completarla?”. Aplicar este principio implica preparar un presupuesto y no salirse de él. Prever los gastos permite administrar bien el dinero disponible para cubrir las verdaderas necesidades de la familia.
Calcule los gastos. Fíjese en el consejo de Jesús citado en Lucas 14:28: “¿Quién de ustedes que quiere edificar una torre no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo suficiente para completarla?”. Aplicar este principio implica preparar un presupuesto y no salirse de él. Prever los gastos permite administrar bien el dinero disponible para cubrir las verdaderas necesidades de la familia.
Adáptese a las nuevas circunstancias. Sin
duda, aprender a vivir con menos es difícil, pero indispensable para
evitar males mayores. Un proverbio bíblico afirma: “El que es
inteligente ve el peligro y lo evita” (Proverbios 22:3, Traducción en lenguaje actual).
Stephen cuenta: “Para gastar menos, tuvimos que regresar a nuestra casa
anterior, que era más pequeña y sencilla”. Y añade: “Cambiamos a
nuestros hijos a un colegio que también tenía un buen nivel educativo,
pero que era más barato”.
Una de las claves
para lograr que la familia se adapte a las nuevas circunstancias es la
buena comunicación. Como es lógico, los niños quizás no entiendan por
qué hay que recortar gastos, pero los padres pueden ayudarlos a
comprender las razones.
Esté dispuesto a realizar otros trabajos. Si
siempre había trabajado en oficinas, es probable que le intimide el
trabajo físico. La Biblia indica en Proverbios 29:25 que
“temblar ante los hombres es lo que tiende un lazo”. Pero recuerde que
darle vueltas a lo que otros opinan no va a dar de comer a su familia.
Entonces, ¿qué puede ayudarle a superar los pensamientos negativos? La
humildad es un factor esencial.
Dese por contento. Según cierto diccionario, la expresión darse por contento se
define de este modo: “Sentirse alguien satisfecho con una determinada
cosa [...] y no querer o no pedir más”. Esta definición pudiera
parecerle poco realista a una persona que ande corta de dinero.
No obstante, hay que tener en cuenta las palabras del apóstol Pablo, un
misionero que sabía lo que era pasar necesidad: “He aprendido, en
cualesquiera circunstancias que esté, a ser autosuficiente. Realmente sé
estar en escasez de provisiones, realmente sé tener abundancia” (Filipenses 4:11, 12).
Es
verdad que las cosas podrían irnos mejor, pero la realidad es que, en
estos tiempos tan complicados, podrían ser mucho peores. Nos hará bien
tomarnos a pecho lo que escribió Pablo por inspiración divina:
“Ciertamente es un medio de gran ganancia, esta devoción piadosa junto
con autosuficiencia. Teniendo, pues, sustento y con qué cubrirnos,
estaremos contentos con estas cosas” (1 Timoteo 6:6, 8). Este comentario de Pablo no promueve la pereza. Más bien, nos anima a poner las necesidades físicas en su debido lugar.
La auténtica felicidad
La
auténtica felicidad no depende de tener todo lo que uno desea ni de
darse la buena vida. Jesús mismo dijo: “Hay más felicidad en dar que en
recibir” (Hechos 20:35). Así es. Cuando usamos lo que tenemos para ayudar y animar a los demás, entonces sí que nos sentimos felices y satisfechos.
Nuestro
Creador, Jehová Dios, está muy al tanto de todas nuestras necesidades.
Mediante su Palabra, la Biblia, da consejos útiles que han ayudado a
mucha gente a mejorar su vida y ahorrarse incontables dolores de cabeza.
Claro, seguir estos consejos no garantiza que la situación económica de
una persona vaya a mejorar completamente de la noche a la mañana. Pero
Jesús aseguró que quienes siguen “buscando primero el reino y la
justicia de Dios” recibirán lo que necesitan cada día (Mateo 6:33).
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