UN GRUPO DE PERSONAS BUSCA LA VERDAD. En una aldea de Madagascar, 80 habitantes decidieron abandonar la Iglesia Nacional Protestante. Construyeron un templo y se pusieron a analizar cada una de las religiones que había a su alrededor para hallar la verdadera. Llegaron a la conclusión de que los católicos no estudiaban la Biblia y de que la Iglesia Luterana estaba dividida. Les pareció que los pentecostales no enseñaban la verdad y que los adventistas del séptimo día tenían demasiados tabúes. Entonces abordaron a un Testigo y le pidieron clases bíblicas, petición a la que el hermano accedió de inmediato.
Unos cuantos publicadores hicieron planes para visitarlos. Al llegar, encontraron en el templo a veintiséis personas deseosas de escuchar información bíblica. Con la ayuda del capítulo 15 del libro Enseña, los hermanos explicaron cómo hallar la religión que Dios aprueba, y el público quedó satisfecho con lo que aprendió. En la segunda visita, la cantidad de asistentes aumentó a 73, y en la tercera a 142.
NADIE LLAMÓ A SU PUERTA. Míriam, quien vive en Bolivia, estuvo orando a Dios durante una semana: “Permíteme conocerte, pero no me envíes a los testigos de Jehová. No quiero que llamen a mi puerta”.
Esa misma semana, Míriam recibió una llamada telefónica. Era Candy, una precursora especial que se ofreció a llevarle las revistas en una hora, y ella aceptó. En menos de lo convenido, la hermana llegó a la casa. Míriam le abrió la puerta con brusquedad y le dijo que entrara y se sentara. Entonces, molesta, comenzó a caminar de un lado a otro negando con la cabeza. Cuando Candy le preguntó qué le pasaba, la mujer contestó: “¡No puede ser! Por más de una semana le he estado orando a Dios para que me dé su guía y dirección, pero le dije específicamente que no quería la ayuda de los testigos de Jehová, que siempre están llamando a mi puerta. Entonces, usted me habla por teléfono en lugar de llamar a la puerta. Desde ese momento le estuve pidiendo a Dios que le impidiera llegar. Y aquí está. ¡Es increíble! Está claro que su voluntad es que ustedes, los testigos de Jehová, me ayuden”. De inmediato comenzó a estudiar.
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